Marilyn
Monroe, una de las figuras de Hollywood que más se destacó por su
belleza y sensualidad, continúa vigente a pesar de los más de 50 años
que han transcurrido desde su fallecimiento: una muerte prematura que
nunca pudo ser esclarecida y sobre la cual abundan diferentes teorías
conspirativas.
Según
el dictamen forense, la muerte de la diva se trató de un suicidio; un
diagnóstico basado en su historial psiquiátrico y sus intenciones
previas de quitarse la vida. Aún así, en la autopsia no se encontraron
rastros de barbitúricos en el estómago de Marilyn Monroe, tampoco se
halló ningún tipo de recipientes para beber dentro de su habitación. A
esto se añaden muchas más inconsistencias, testimonios contradictorios,
pruebas extrañamente desaparecidas y horarios que no concuerdan, entre
otras.
Algunos creen que los dos hermanos Kennedy habían vivido un intenso
romance con Marilyn, quienes pudieron haberle revelado información
confidencial a la diva y que luego ella amenazó con divulgarla
públicamente al ser supuestamente rechazada por J.F. Kennedy. Bernard
Spindel, un espía que se encontraba siguiendo a la artista por orden de
Jimmy Hoffa o del jefe de la mafia Sam Giancana, declaró que había
escuchado una fuerte discusión esa noche entre Bobby Kennedy y Marilyn,
con gritos y amenazas, pero los audios grabados fueron destruidos por el
Fiscal en 1966.
Otra versión sostiene que la mafia fue la que perpetró el homicidio,
con el propósito de inculpar a los Kennedy o para impedir que Marilyn
delatara alguno de sus propios secretos (aunque también podrían haber
estado al servicio del mismo Bobby).
Incluso una de las conjeturas considera que el psiquiatra de la
actriz, el Dr. Greenson, pudo haber cometido el asesinato, para tratar
de ocultar una escandalosa relación amorosa con su paciente. Si bien el
oscuro manejo del caso ha dado lugar a éstas y otras hipótesis, la
verdad de lo sucedido entre el anochecer y amanecer del 4 y 5 de agosto
de 1962, sigue siendo un completo misterio.