Fajos de billetes en cajas fuertes vigiladas continuamente, enormes
sacos de dinero entregados al fisco en vehículos blindados, consultorios
repletos de sensores y cámaras, montajes financieros... La industria
estadounidense de la marihuana aún depende mucho del efectivo.
La situación obliga a todo tipo de movimientos rocambolescos que recuerdan a series como 'Breaking Bad'.
Autorizado para uso médico en 29 estados y recreativo en ocho, el cannabis sigue estando prohibido por el Gobierno federal.
Los bancos que abren cuentas a empresarios del sector pueden ser
acusados de lavado de dinero, por lo cual la mayoría opta por no tocar
nada que se relacione con la famosa hierba.
Sólo unas 300 instituciones de más de 12.000 en Estados Unidos
aceptan -discretamente y haciendo pagar caro por sus servicios- algunos
clientes del sector, según la calificadora de riesgo Standard and
Poor's, fundamentalmente bancos cooperativos y regionales.
"Es un problema serio. Debido al Gobierno federal", que considera la
marihuana una droga dura, "nos vemos obligados a operar casi 100% en
efectivo", explica Steve DeAngelo, fundador de la clínica Harborside
Health Center, en Oakland (California, oeste).
Peor que para las empresas que atienden al público, "nosotros, los
cultivadores, funcionamos completamente en efectivo", dice Justin
Calvino, que tiene sus cultivos en el condado de Mendocino, al norte de
San Francisco, conocido como el 'triángulo esmeralda' debido a las
numerosas plantaciones de cannabis.
- Espada de Damocles -
Cada vez más pymes logran encontrar un banco o una forma de tesorería
electrónica, pero arriesgándose permanentemente al cierre de cuentas o a
embargos: 3.000 dólares depositados en efectivo son suficientes para
provocar un informe de actividad sospechosa al fisco. Justin Calvino va
ya por su "sexta cuenta en cinco años".
Michael Katz, propietario de Evoxe, que fabrica aceites de cannabis,
explica que tuvo "13.000 dólares congelados durante 19 días por Square",
un organismo de pago en dispositivos móviles.
Cada uno intenta sortear el problema a su manera.
Un director de comercialización contó a la AFP que una vez recibió un
mensaje desde la aplicación Venmo pidiendo a su empresa no utilizar más
sus servicios. Ahora utilizan PayPal con la esperanza de que la
descripción "productos para el bienestar" de sus aceites corporales con
THC -el componente activo del cannabis- no llame la atención.
También están los que usan la moneda digital Bitcoin, los cajeros
automáticos que reciben efectivo contra una transacción electrónica y
otros sistemas innovadores.
Otra pista, los montajes financieros: "Creas varias sociedades para
las diferentes actividades de tu empresa", o dicho de otra manera, una
entidad que gestiona la comercialización o la contabilidad puede tener
una cuenta y convertirse en cliente de la que vende la marihuana, añade
Michael Katz.
La administración de Obama, frente a la perspectiva de ingresos
fiscales enormes, había establecido un marco legal que permite a los
bancos trabajar con los industriales del cannabis donde es legal, aunque
al precio de un papeleo que desalienta a más de uno.
Pero encima su sucesor, el republicano Donald Trump, podría cambiar
el rumbo y comenzar a perseguir a los empresarios del sector.
En vista de la imposibilidad de prever lo que va a ocurrir, muchos
empresarios mantienen un buen colchón de efectivo por si acaso, subraya
Katz, a costa de mucho estrés: "El dinero no está seguro y es difícil de
proteger".
- Fortaleza -
Un cultivador del sur de California cuenta bajo anonimato que tiene
"miles de dólares en una caja fuerte vigilada 24 horas en un depósito".
Justin Calvino, un padre de familia un poco 'hippie' que hace
malabares constantemente con los ingresos de dinero en efectivo y los
pagos de sus trabajadores o facturas, cuenta que un empleado le robó una
gran suma que mantenía oculta... bajo su cama.
En el otro extremo, Harborside es una fortaleza: "Para entrar hay que
mostrar documento de identidad, pasar un detector de metales... Tenemos
50 cámaras, dos sensores de calor y de movimientos conectados a
alarmas, un lector de huellas digitales para los empleados...", enumera
Steve DeAngelo.
Otro rompecabezas es la contabilidad. Los empleados de Harborside cuentan monedas y billetes manualmente dentro de una bóveda.
En cuanto a los impuestos, "cada mes mis empleados cargan con 100.000
dólares en efectivo" para pagar a la ciudad de Oakland, dice DeAngelo.
"Tratamos de cambiar de vehículo, de personas, de camino...".
En California, el estado más poblado del país, el problema se agudiza
a medida que se aproxima la legalización de la marihuana recreativa en
2018.
"Va a ser un sector demasiado grande para que los bancos no se
abalancen, a pesar de los riesgos", cree Troy Danton, cofundador de la
firma de investigación especializada Aecview, que vaticina que la
industria legal triplicará los 6.700 millones de dólares actuales en
cinco años.
AFP/ MF