Corea del Norte enseñó hoy al mundo su arsenal de misiles en un gran
desfile militar con el que celebró su mayor fiesta nacional y lanzó el
mensaje a Estados Unidos de que el país está preparado para la guerra en
caso de agresión.
Con la presencia del líder, Kim Jong Un, el régimen de
Pyongyang hizo una monumental exhibición de armamento en el 105
aniversario del fundador del país Kim Il Sung y en un momento de
preocupación internacional por la elevada tensión en la región, informó
Efe.
Aunque el líder de 33 años no tomó la palabra, el
considerado número dos del régimen, Choe Ryong-hae, se encargó de mandar
un mensaje claro y contundente al presidente estadounidense, Donald
Trump.
"Estamos completamente preparados para afrontar cualquier
tipo de guerra con nuestras armas nucleares si Estados Unidos ataca la
península de Corea", dijo en su discurso el vicepresidente del Partido
de los Trabajadores.
Esta ha sido la escenificada respuesta de Pyongyang en el
"Día del Sol" a la decisión de Washington de enviar recientemente un
portaaviones nuclear a la península de Corea e insinuar un posible
ataque preventivo para frenar los avances armamentísticos del régimen
Juché.
"Están creando una situación muy tensa que
amenaza la paz y la seguridad no solo de la región, también del mundo
entero", aseguró Choe en un discurso en el que exaltó los resultados de
la apuesta de su país por la política "byeongjin" de llevar a cabo de
manera simultánea su desarrollo económico y nuclear.
Como parte de su ofensiva de gestos, el Ejército
norcoreano hizo hoy desfilar sobre camiones por el centro de Pyongyang
un tipo de proyectil nunca antes mostrado en público y que podría ser un
nuevo misil balístico intercontinental (ICBM) de combustible sólido.
El líder, que observó el despliegue enfundado en un traje
negro y corbata blanca, advirtió en su mensaje de Año Nuevo de que el
país estaba ultimando el desarrollo de este tipo de misil capaz de
alcanzar territorio estadounidense.
Además de mostrar hoy misiles de alcance medio
Musudan y los misteriosos y temidos KN-08 y KN-14, que se lanzan desde
plataforma móvil y que aún no se ha probado con éxito, desfilaron ante
la plaza Kim Il Sung varios de los últimos desarrollos del régimen como
el Pukguksong-1 y Pukguksong-2, exhibidos en público por primera vez.
El primero de ellos es un misil balístico lanzado desde
submarino (SLBM) y el segundo, un proyectil de alcance medio que se
dispara desde plataforma móvil y que fue probado en febrero y abril.
"Cuando vean estas imágenes los imperialistas se van a
sorprender y asustar", apuntó tras participar en el desfile el coronel
Zo Bong- chol que aseguró que "Corea del Norte tiene armas nucleares
modernas gracias al desarrollo de la industria militar que han
desarrollado nuestros grandes líderes".
"Estamos bien preparados para ganar la guerra", dijo con entusiasmo.
La misma opinión mostró Son Chun-kan, un empleado de
empresa de transporte que presenció el desfile desde la tribuna de
invitados y que explicó que aunque está claro que los norcoreanos no
quieren la guerra, una vez empezada "todo el Ejercito y el pueblo
lucharán unidos".
El despliegue militar de casi tres horas estuvo
acompañado por un desfile civil, en el que los asistentes volvieron a
mostrar su fervor al líder, que saludaba desde el balcón desde de la
Casa de Estudios del Pueblo en plaza Kim Il-sung.
Al grito apasionado de Manse (¡Viva!) y sin dejar de
agitar banderas y pompones de colores, miles de ciudadanos, con trajes
tradicionales en el caso de las mujeres, desfilaron junto a carrozas que
mostraban mensajes típicos de la propaganda del régimen como "Hacia la
victoria" o "La vida entera por la patria y el pueblo".
Grupos de médicos uniformados y de deportistas con sus
medallas, se mezclaron con alusiones al plan económico quinquenal,
aprobado el año pasado, o figuras de cartón piedra de misiles y cohetes
espaciales con el lema "por la paz y la seguridad del mundo".
Las celebraciones continuaron durante toda la tarde en la
emblemática plaza Kim Il-sung y el centro de la capital con actuaciones
de bailes norcoreanos por parte de grupos de jóvenes ajenos a los
temores de que Pyongyang realice en estas fechas su sexta prueba nuclear
o un nuevo lanzamiento de misiles.