La batería que se encuentra dentro de una caja de vidrio empieza a
humear y luego se torna roja de lo caliente que está. Y, súbitamente,
estalla en llamas. Cuando el fuego se apaga, todo lo que queda es la
carcasa carbonizada de la batería; para ser exactos, esta es la batería
que iba destinada al Samsung Galaxy S8.
No,
no es deja vu, y el nuevo teléfono de Samsung no está experimentando
los mismos problemas de su abatido hermano, el Galaxy Note 7. Lo que
estoy viendo es una prueba controlada de batería en la fábrica de
Samsung en Gumi, Corea del Sur, donde la empresa ensambla 1 millón de
teléfonos al mes. Un trabajador se encargó de ejercer más presión de lo
normal durante una prueba de compresión, lo que llevó a que la batería
explotara.
Si la batería hubiese estado realmente defectuosa,
Samsung hubiese devuelto el lote entero al proveedor, con una cantidad
máxima de 15,000 unidades. "Raramente ocurre", dice un trabajador del
laboratorio de pruebas de durabilidad mientras visito las instalaciones
dos semanas antes de la presentación oficial del Samsung Galaxy S8 y Galaxy S8 Plus.
Samsung sufrió un gran bajón el año pasado con el Galaxy Note
7, y ahora está resuelta a que eso no suceda de nuevo. La empresa añadió
un proceso de prueba de baterías más estricto, el cual dice excede los
estándares de la industria. La empresa también redujo la capacidad de la
batería que integra el Galaxy S8, y ajustó su química para que pueda
durar más a medida pasa el tiempo.
Todo este trabajo se
hace para asegurarse de que el Galaxy S8, con pantalla elegante de 5.8
pulgadas, sea el teléfono más seguro jamás producido por Samsung. La
empresa enfrenta mucha presión para demostrar que aún puede crear
productos de calidad; eso es, si llegan a surgir más problemas con la
batería, su credibilidad ante los consumidores sería nula. Un
lanzamiento perfecto de su nuevo teléfono insignia le ayudaría a Samsung
a borrar la amargura que le dejó el Note 7 -- y esto es algo que la empresa quiere hacer con ansias --.
"Hemos establecido nuestro propio estándar
... pero no pudimos mantenerlo", me dijo Koh Dong-jin (mejor conocido
como D.J. Koh), el director de la división móvil de Samsung, desde su
campus Digital City en Suwon, unas 21 millas fuera de Seúl. "Fue una
experiencia que nos abrió los ojos".
Baterías de más larga duración
El
desarrollo del Galaxy S8 estaba casi completo cuando el Note 7 empezó a
presentar problemas. Pero eso no detuvo a que Samsung realizara algunos
cambios a las baterías del nuevo teléfono.
La empresa redujo la capacidad de la batería en el Galaxy S8 a 3,000 mAh y la batería del Galaxy S8 Plus de 6.2 pulgadas
a 3,500 mAh. Eso es menos que la capacidad de la batería del S7 Edge
del año pasado, ya que tenía una batería de 3,600 mAh. Samsung no ha
abordado el tema de la duración de las baterías en los nuevos teléfonos,
pero dijo que los nuevos teléfonos deberían durar más gracias a un
software de gestión de energía y otros ajustes.
Samsung también
hizo que la batería durase más a lo largo de cientos de recargas.
Después de unos seis meses a un año de uso, el Galaxy S8 tendrá una
mejor vida de batería que su antecesor. Y podrá ser capaz de mantener
mejor la carga después de dos años. Esto se debe a que Samsung se enfocó
en hacer la batería más duradera y capaz de soportar cientos de ciclos
de recarga.
"Mientras que la mayoría de las baterías conservan el
80 por ciento de su carga después de dos años, esta batería debería ser
capaz de conservar el 95 por ciento de su capacidad original", dijo Oh
Boo-keun, vicepresidente del equipo de investigación y desarrollo de
productos móviles de Samsung, quien supervisa la división del desarrollo
de la tecnología de baterías.
Nuevas pruebas
Para
Samsung, que ha fabricado casi 4,000 millones de teléfonos desde 1988,
los problemas del Note 7 la tomaron totalmente desprevenida. Como todas
las empresas de la industria móvil, Samsung contaba con sus proveedores
de batería para que ellos hicieran las pruebas de seguridad antes de
colocarlas dentro de los dispositivos. Pero resultó que esos proveedores
no detectaron los errores que hicieron que los Note 7 se
sobrecalentaran. Ahora, Samsung está haciendo muchas de esas pruebas por
su parte, así como realizando nuevas pruebas para ayudarle a detectar
cualquier defecto de la batería.
"No puedes confiarte, así que ahora están haciendo
pruebas dobles y asegurándose de que, incluso de su lado, puedan
detectar cualquier problema potencial", dijo Gerbrand Ceder, profesor de
ciencias e ingeniería de materiales de la Universidad de California en
Berkeley, quien también es miembro del nuevo consejo de asesoría de
baterías de Samsung. "Están haciendo más que [incluso] todas las cosas
correctas" que pueden hacer.
Durante el tiempo que pasé en las
oficinas de Samsung en Gumi, también conocida como Smart City (Ciudad
Inteligente), pude ver casi todas las ocho pruebas de batería de Samsung
en acción.
Una de ellas es la prueba de durabilidad que analiza
la batería cuando se ha sobrecargado, perforado con un clavo o ha estado
expuesta a temperaturas extremas. La prueba de compresión que vi, en la
que la batería explotó, es parte de la prueba de durabilidad expandida.
También vi cómo se cocinó un teléfono a 130 grados centígrados (266
grados Fahrenheit) por 60 minutos, y uno más calentado a 70 grados
centígrados (158 grados Fahrenheit) por siete horas.
Los
trabajadores de Samsung también inspeccionan visualmente cada batería y
realizan una prueba de rayos X en busca de anormalidades. También
desarman las baterías para analizar la calidad en general y utilizan
herramientas para medir cualquier cambio en el voltaje durante el
proceso de manufactura.
Mientras paseaba por los pasillos podía escuchar un sonido
constante de filas y filas de teléfonos que se cargaban y descargaban
mientras descansaban en estantes negros cubiertos de hule espuma. Los
Note 7 reacondicionados levitaban sobre los Galaxy S8, agarrados de selfie sticks,
grabando las pruebas en video para asegurarse de que no se escapara
ningún problema potencial. En las instalaciones de Gumi, Samsung puede
probar las cargas y descargas de 60,000 teléfonos. Mientras estuve ahí,
se estaban revisando 6,000 teléfonos.
Un área separada del resto
de la fábrica de diseño abierto es donde Samsung pone a prueba a docenas
de teléfonos con sus pruebas de uso acelerado, donde analiza desde la
carga y descarga hasta la resistencia al agua. Una Prueba de Control de
Android simula el uso diario que se le da a un teléfono -- como jugar Angry Birds
o subir videos a YouTube -- a una velocidad más rápida de lo normal.
Unos trabajadores cargados de termómetros láser de color naranja revisan
cuán caliente está cada dispositivo.
En total, toma cinco días
para que un teléfono complete las pruebas aceleradas de uso de Samsung,
en parte porque no hay forma de acelerar más el ritmo de descarga de la
batería de un teléfono. Samsung planea poner a prueba un "enorme número"
de dispositivos -- hasta 100,000 unidades -- de esta forma antes de
enviarlos a los consumidores. Cuando visité las instalaciones y antes de
que Samsung hubiera vendido un solo Galaxy S8, la empresa ya había
puesto a prueba 50,000 unidades.
Los expertos se preguntan cuánto tiempo podrá
Samsung mantener estas pruebas porque toman tiempo y son costosas,
aunque la empresa no quiere escatimar ningún gasto para el Galaxy S8.
"Nos
dimos cuenta de que debemos aumentar la seguridad de nuestro
dispositivo así como de la batería", dijo Koh. "La innovación
significativa debe dirigirse hacia donde podamos hacer a nuestros
clientes felices de forma constante. Pero sobre todo, hay que mantener
como prioridad la seguridad del cliente".