Caridad Canelón (@Caricari7) "El teatro me permite hacer mercado"

En una ocasión, Caridad Canelón (Caracas, 1955) le preguntó al ejecutivo de un canal: "¿Por qué siempre me dan papeles de malandra o de muchacha de servicio?", y él le dijo: "Es por tu tipo, no puede hacer otros. No te veo haciendo de sifrina". "Era muy jovencita y me lo tomé a título personal, lo vi como una traba en mi carrera. Me sentí muy mal", cuenta la actriz, quien hoy suma 54 años de trayectoria en teatro, cine y televisión. Sí, casi seis décadas. 
Afortunadamente, en el camino la intérprete encontró a gente que pensaba distinto al directivo de la planta como el dramaturgo José Ignacio Cabrujas, el director Juan Lamata y el empresario Hernán Pérez Belisario, "que confiaron en mí para encarnar personajes diferentes y me sacaron del hueco donde me metió aquel ejecutivo", cuenta entre risas, después del primer ensayo de Chamaco, la pieza en la que actuará a partir del 14 de abril, en Trasnocho Cultural.
"Es una obra que cuenta la historia de una familia disfuncional y de unos personajes solitarios que viven en la calle. La muerte de uno de ellos desata todo y ahí es cuando se ve que en ese hogar no hay amor, comunicación, transparencia, honestidad. Es un drama total que se desarrolla en una sociedad que ha empezado a perder sus valores y le ha dado más importancia al poder y a otras cosas. Una especie de espejo de lo que estamos viviendo", adelanta sobre el texto original del cubano Abel González Melo.
-Los planteamientos de Chamaco resuenan en la realidad venezolana.
-Sí, totalmente. También es la realidad de muchos países. En este momento hay una desvalorización de la familia y del mismo ser humano. La obra es un reflejo de muchas sociedades, hay un chico involucrado en un asesinato, al que la falta de educación, de padre, de amor, lo llevó a prostituirse y a convertirse en un asesino sin proponérselo. Yo no justifico nada de lo que ocurre aquí, pero es una cadena, una cosa lleva a la otra y es muy duro. El final es aplastante y nos confronta con lo que somos y lo que estamos haciendo. Yo también voy al teatro como público, para ver, y me gusta cuando una obra me pone a reflexionar.
En el drama, Canelón dará vida a Roberta, encargada de cuidar la plaza donde está la imagen del "héroe", como ella lo llama. "Su historia no está en la sinopsis, así que me la estoy creando. Es una mujer de 40 años que podría estar trabajando, pero que escogió la calle para vivir. Hurga en la basura y come de ella, no le importa intercambiar algún favor con alguien que le de comida y también va como una ave de rapiña donde está una persona muerta para buscar dinero. Terrible. ¿Qué pasó con ella? ¿Cómo llegó a ese estado? ¿Por qué no vive en su casa? ¿Por qué no trabaja? Ando en esa búsqueda", dice casi angustiada.
-Se parece al caso de los niños que mataron a dos sargentos en Sabana Grande...
-Es increíble. La realidad supera la ficción. Esta obra fue escrita hace un tiempo ya y ha sido montada en muchos teatros del mundo. Fue la primera obra que escribió Abel cuando prácticamente era un chamo. Nosotros estábamos apenas empezando a ensayar cuando supimos del caso y yo decía: "Dios de la vida, esto es terrible". ¿Qué pasa con nosotros que no despertamos? ¿Cuándo vamos a aprender la lección? Es como si repitiéramos esas historias trágicas y no terminamos de salir de ese hueco. El cambio no está afuera, está dentro de cada uno de nosotros.
-¿Cuáles son sus próximos planes? 
-Hacer la nueva temporada de Reina pepiada, hay que definir las fechas por los compromisos que tenemos varios integrantes del elenco. La gira nacional sería para finales de año.
-Las obras de Román Chalbaud son amargas, pero ahora las están llevando a la comedia, ¿qué opina de eso?
-Es verdad, las obras de Chalbaud son amargas, hacen una denuncia fuerte, lo que pasa es que tienen la benevolencia del humor. Ojo, nosotros en Reina pepiada no le hemos agregado nada que no tenga el texto original, es una especie de sainete en el que se ven los grandes problemas a través del humor y eso nos salva de alguna manera; de las cosas más terribles sacamos un chiste para que no nos aniquilen. Lo que pasa en Reina pepiada está pasando ahora y yo creo que peor. Es lo mismo, pero con otros nombres. 
-¿Qué le parece el éxodo que se ha producido de la televisión al teatro? 
-Yo no lo llamaría éxodo porque no nos fuimos de la televisión, nos fueron porque nos cerraron un canal y quedó sólo uno haciendo telenovelas y se redujo la posibilidad de trabajar, a algunos de nosotros nos ofrecieron trabajo en el teatro, pero una gran cantidad de actores se ha ido del país y hay otra que está sin trabajo o haciendo cosas que no tienen nada que ver con lo que siempre quisieron. Esto es lo que hay. Yo estoy feliz de poder hacer una obra y entrar en otra porque en este momento no me puedo dar el lujo de quedarme en mi casa. El teatro me ha permitido seguir actuando... ¡y hacer mercado! 
-¿Se benefició el teatro? 
-No puedo decir si el teatro ganó o perdió. Siento que el público está yendo muchísimo ahora al teatro ahora, siempre ha habido público para el teatro, pero hay otro que como no puede ver a sus artistas en la televisión va a verlo a una obra. Mucha gente, después de las funciones de Reina pepiada, se quedaba para tomarse una foto y nos decía que era su primera vez y para nosotros eso fue maravilloso. 
"Hasta viejita, hasta que tenga fuerza, energía, ánimo, pasión, memoria y vitalidad"
-¿Hasta qué edad se ve actuando? ¿Qué le falta?
-
Hasta viejita, hasta que tenga fuerza, energía, ánimo, pasión, memoria y vitalidad para seguir haciendo lo que me gusta, lo que decidí hacer cuando tenía ocho años, gracias a Dios que lo vi tan chiquita. Me faltan muchos personajes por hacer. Es la primera vez que voy a hacer un personaje como Roberta y estoy muy contenta porque eso me saca de mi zona de confort y me estoy metiendo en ese lugar para ver qué tal. Es muy duro, pero de eso se trata también, ¿no? 

@yolimer
 eluniversal.com.ve




 
email: laregaderaweb@gmail.com
www.laregaderaweb.com