El jefe de la Iglesia Catolica en
Venezuela, el cardenal Jorge Urosa Savino, quien se desempeña como
Arzobispo de Caracas, pidió ayer (viernes) a todos los sacerdotes y
demás religiosos del país, leer en las misas de este fin de semana una
exhortación a la “desobediencia civil” contenida en un comunicado de la
Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
El documento de ocho puntos y dos
páginas plantea claramente en el apartado número 6 sino “es hora de
preguntarse muy seria y responsablemente si no son válidas y oportunas,
por ejemplo, la desobediencia civil, las manifestaciones pacíficas, los
justos reclamos a los poderes públicos nacionales y/o internacionales y
las protestas cívicas.”
El comunicado está motivado por las
recientes decisiones de la Sala Constitucional del TSJ que avalan las
actuaciones del Ejecutivo frente a las omisiones y el desacato del
Poder Legislativo. Para la CEV estas “decisiones (son) moralmente
inaceptables y, por tanto, reprobables.”
Sin embargo el cardenal Urosa, en su
carta de ayer, define la situación como una “instauración de dictadura
que se ha declarado abiertamente”.
Agrega la cúpula del Episcopado que “Las
dos sentencias, (…), han provocado reacciones de numerosos países y
pueden generar en Venezuela una escalada de violencia.”
El comunicado ratifica la tesis
opositora de que las decisiones del TSJ implican “la eliminación de la
Asamblea Nacional, suplantándola por una representación de los poderes
judicial y ejecutivo” y califica (otra vez) tal supuesta situación
como “moralmente inaceptable”.
Con motivo de la cercanía de la Semana Santa, el documento señala que “para los católicos la conmemoración de los atropellos
contra Nuestro Señor Jesucristo es un urgente llamado a tomar conciencia y a actuar de manera pacífica pero contundente ante la arremetida del poder. No se puede permanecer pasivos, acobardados ni desesperanzados. Tenemos que defender nuestros derechos y los derechos de los demás.”
contra Nuestro Señor Jesucristo es un urgente llamado a tomar conciencia y a actuar de manera pacífica pero contundente ante la arremetida del poder. No se puede permanecer pasivos, acobardados ni desesperanzados. Tenemos que defender nuestros derechos y los derechos de los demás.”
La postura de las autoridades religiosas
coincide con los llamados y convocatorias de movilizaciones callejeras
realizadas por los partidos y agrupaciones de oposición desde este
sábado.