Una periodista británica, Laura June, relató en una nota de la BBC
que un día advirtió que su hija de tres años estaba viendo un video en
Internet de Peppa Pig.
Algo le llamó la atención. "La famosa cerdita gritaba y lloraba mucho
y había un dentista algo sádico. Nada que ver con lo que recomendarían
ver una niña de tres años", explicó June en el artículo.
La periodista señaló que su preocupación fue cómo hizo su hija para
llegar a ese contenido, que debería tener una restricción para menores.
En YouTube hay un gran número de versiones sádicas, sangrientas o pornográficas de ese famoso personaje y como el de: Frozen, Dora la exploradora, Bob Esponja, entre otros. Son parodias con nombres alusivos a los contenidos que tratan (Reputiel, Pocachotas, Dora la seductora, Pepa la cerda y el poni violador)
y las historias nada tienen que ver con las series infantiles,
involucran alusiones a las drogas, el sexo, la violencia y el
cigarrillo.