Si te sientes agotado y sin energía, tal vez se deba a la práctica de
malos hábitos que nos absorben la energía y no nos dejan ver las
satisfacciones que nos aporta la vida. Es reflexionemos y miremos dentro
de nosotros mismos para darnos cuenta de por qué nos sentimos cansados y
analizar qué situaciones nos produce este desgaste que no nos deja
disfrutar de la vida con plenitud. A continuación te mostramos algunos
cambios que puedes hacer para mejorar tus niveles de energía.
Estos son los 12 malos hábitos más comunes que acaban drenando nuestra energía física y espiritual.
1- Ser un lobo solitario
Aunque no lo creas, el aislamiento social puede ser tan perjudicial para la salud como fumar o sufrir obesidad. En un estudio realizado
a personas ancianas se observó que aquellas personas que se sentían
solas o no tenían un ser querido en quien confiar mostraban una
salud física y mental más deteriorada. Mientras existen personas que
prefieren ir a su aire, todo el mundo necesita el apoyo de los demás de
vez en cuando. No descuides las relaciones que tengas con personas que
se preocupan por tu bienestar y quieren verte triunfar, es más
importante de lo que piensas.
2- Temer la toma de decisiones
La ‘disonancia cognitiva‘
hace referencia al conflicto interno que tenemos debido a ideas,
emociones o creencias encontradas que tienen que ver con alguna
situación o elección que hemos realizado, produciéndonos un continuo estrés mental que
agota nuestras energías. La vida no siempre es perfecta, y tomar
decisiones es parte natural e inevitable de nuestro camino. Tener la
convicción de “Esto es lo mejor que voy a conseguir en la vida” o “No me
merezco nada mejor” son afirmaciones que retienen nuestro desarrollo
personal y no nos dejan crecer. No tengas miedo en tomar decisiones
arriesgadas o cambiar las cosas que no funcionan de tu vida.
3- No ser sincero con uno mismo
No
tengas miedo de responder con sinceridad. Si bien es verdad que todos
tenemos algunas responsabilidades con las que tenemos que lidiar
diariamente, no tenemos por qué aceptar determinadas situaciones o
responder de la forma en que está popularmente establecido si sabes que
vas sentirte mal por ello más tarde. Actúa siempre conforme a tu forma
de ser y no como los demás pretenden que seas.
4- Vivir más allá de tus límites
Vivir
por encima de nuestras posibilidades desencadena preocupación y dudas
persistentes. Gastar el dinero que no tienes esperando que en algún
momento puedas devolverlo o asumir responsabilidades que luego no eres
capaz de sobrellevar hará que no pegues ojo por las noches.
5- Mentener disputas y rencores
Guardar
los resentimientos es como dejar que alguien a quien desprecias viva en
tu cabeza. El rencor es una pesada carga que desgasta nuestra energía y
que no se alivia con el tiempo. Perdona y olvida para estar bien
contigo mismo.
6- No tener tiempo para uno mismo
Intenta
hacer un hueco en tu agenda para ti, lo cierto es que programamos
nuestra vida en torno a nuestras responsabilidades y nos olvidamos de
nuestras propias necesidades. Desconecta y busca un hueco para leer,
meditar o practicar alguna de tus aficiones con regularidad.
7- Seguir una mala alimentación
La comida basura, especialmente las bebidas azucaradas, libera dopamina
en el cerebro. Esta es la misma hormona que se libera al tomar drogas,
alcohol o practicar juegos de azar, haciendo que sea terriblemente
adictiva. Una nutrición insalubre tiene un impacto significativo en
nuestros niveles de energía. En lugar de ingerir comida procesada, opta
por alimentos naturales que nos aporten energía en lugar de
absorbérnosla.
8- Ser adicto a las redes sociales
Cada
vez más estudios demuestran que pasar demasiado tiempo pegado a las
redes sociales y a los medios de comunicación conduce a la depresión, la
ansiedad social y la soledad en adolescentes y adultos.
En las redes sociales todo el mundo muestra una vida perfecta. En
comparación a los demás, nuestro día a día parece aburrido y triste. Las
redes sociales pueden ser una herramienta muy útil pero hay que
utilizarlas con cuidado y no pasar demasiado tiempo alrededor de ellas.
9- Cargar el teléfono junto a la cama
No,
no es por la radiación que puede transmitirnos el teléfono, es algo
mucho más simple. Cuando llega la noche y tenemos problemas para dormir,
la tentación de girarnos en la cama y alargar el brazo para coger
nuestro teléfono es difícil de resistir. La estimulación mental y la luz
desordenan el ritmo circadiano, el reloj biológico que tiene nuestro
cuerpo para controlar el sueño.
10- Apalancarse en el sofá
Hace
un momento hemos mencionado que la comida libera dopamina haciéndonos
que nos sintamos bien, ¿verdad? Pues resulta que hacer ejercicio tiene
las mismas consecuencias con la gran diferencia de que este hábito si es
bueno para la salud. Al estar en forma, nuestro cuerpo funcionará de
manera más eficiente, lo que significa que la energía durará más tiempo
en nuestro organismo.
11- Quejarse por todo
El pensamiento positivo
beneficia poderosamente la salud mental y el sentido del bienestar. Si
nos concentramos únicamente en lo negativo, solo conseguiremos influir
negativamente sobre nuestro estado de ánimo. Deja atrás los problemas y
sonríe.
12- Estancarse
Algunas
veces sentimos que nuestra vida se ha convertido en una especie de
rutina monótona y aburrida que no tiene fin. Ya sabes, trabajar, comer,
dormir y volver a repetir. Sal de la rutina y prueba cosas nuevas. Ve a
un nuevo restaurante o pasea a tu perro por un parque diferente. Incluso
los cambios más pequeños pueden producirte una gran satisfacción.