Los científicos creen que, como la Tierra, Marte tuvo en el pasado un
campo magnético que protegía su atmósfera. Pero hace aproximadamente
4.200 millones de años, desapareció repentinamente, lo que causó que la
atmósfera se perdiera poco a poco en el espacio. En 500 millones de
años, el Planeta rojo pasó de ser cálido y húmedo a convertirse en el
lugar frío y árido que hoy conocemos, un desierto inhóspito para las
futuras misiones humanas que se atrevan a llegar hasta allí -la NASA
espera consquistar Marte en la década de 2030-. Los peligros,
lógicamente, son aún mayores para los colonos que quieran establecerse por la exposición a la intensa radiación y el riesgo de asfixia, informó el portal de noticias ABC.
¿Un
problema irresoluble? Quizás no. La NASA ha presentado una propuesta
tan extraordinaria como ambiciosa que parece sacada de una película de
ciencia ficción. Hace unos días, en un encuentro organizado en
Washington por la División de Ciencias Planetarias de la agencia
espacial, los investigadores propusieron ante colegas de todo el mundo
desplegar un escudo magnético en Marte para restaurar su atmósfera «de
forma natural». De funcionar, el plan convertiría el planeta en un mundo
mucho más parecido al nuestro, con agua de nuevo fluyendo por su
superficie, lo que facilitaría el bienestar y la seguridad de los
astronautas.
Jim
Green, director de ciencias planetarias, explicó que mediante la
colocación de un escudo de dipolo magnético en el punto de Lagrange L1
de Marte (un punto en el espacio entre el planeta y el Sol en el que un
objeto podría quedar estacionario) se podría formar una potente
magnetosfera artificial que abarcaría todo el planeta, protegiéndolo del
viento solar y la radiación, y permitiendo que la atmósfera de Marte se restaure con el paso del tiempo.
En
su exposición, el equipo de Green reconoció que la idea podría sonar un
poco «fantástica». Sin embargo, las nuevas investigaciones en
magnetosferas en miniatura, para la protección de tripulaciones y naves
espaciales, parecen apoyar la idea, que se realizaría a una escala mucho
mayor. «En el futuro es muy posible que una o varias estructuras
inflables puedan generar un campo de dipolo magnético a un nivel tal vez
de 1 ó 2 Tesla (de 10.000 a 20.000 Gauss) como un escudo activo contra
el viento solar», señalan los científicos en el documento que
presentaron.
Además, el posicionamiento de este escudo magnético aseguraría la protección de las dos regiones donde se pierde la mayor parte de la atmósfera de Marte, la capa polar norte y la zona ecuatorial.
El
equipo de investigación -que incluyó a científicos del centro de
investigación Ames, el centro de vuelo espacial Goddard, la universidad
de Colorado, la de Princeton, y del laboratorio de Rutherford Appleton-
cree que el escudo magnético sería capaz de contrarrestar el viento
solar, de modo que las pérdidas atmosféricas se detendrían y en cuestión
de años la atmósfera se recuperaría hasta la mitad de la presión
atmosférica de la Tierra.
La temperatura aumentaría entonces un
promedio de 4°C, lo que sería suficiente para derretir el hielo de
dióxido de carbono en el casquete polar norte del planeta. El carbono en
la atmósfera ayudaría a atrapar el calor como hace en la Tierra, lo que
provocaría un efecto invernadero, calentando aún más la atmósfera y
haciendo que el hielo en las capas polares se derritiera, dando lugar a
que el agua líquida volviera a fluir en Marte en ríos y mares.
El
equipo de la NASA cree que este proceso podría llevar a que se
restablezca una séptima parte de los océanos que cubrieron Marte hace
miles de millones de años. Si pudiera conseguirse algo semejante, la colonización del Planea rojo estaría mucho más cerca.