Luego de la victoria de Donald J. Trump en las pasadas elecciones de
los Estados Unidos, una clínica californiana de eliminación de tatuajes
ha incrementado exponencialmente la cantidad de clientes interesados en este tipo de servicios.
Este fenómeno se ha visto mayormente en la comunidad latina, quienes
por temor a que los agentes de Inmigración y Control de Aduanas utilicen sus tatuajes como pretexto para detenerlos y verificar su estado migratorio, o en el peor de los casos, deportarlos.
Aunque no existe evidencia alguna de que los agentes migratorios
elijan a las personas basándose en su tatuaje, algunos inmigrantes han
llegado hasta cancelar sus bonos de alimentos y visitas médicas para no
crear registros que se puedan utilizar con la finalidad de rastrearlos.