Quien piense que «Ingobernable», la serie que hoy estrena Netflix y de la que ABC ha podido ver los primeros capítulos, es una mera telenovela sobre la vida de la primera dama de México y su marido, el presidente Diego Nava, está completamente equivocado. La ficción, que cuenta con Kate del Castillo como principal reclamo, traza —o eso prometen sus episodios iniciales— el retrato de la dura realidad mexicana a través de la historia de intriga y acción de sus protagonistas. En «Ingobernable», la «reina del Sur» se mete en la piel de la primera dama Emilia Urquiza cuya vida, al igual que la de su marido, se desmorona por completo en los minutos iniciales de la serie.
Los primeros capítulos de «Ingobernable» dan buena cuenta de que a Kate del Castillo el personaje le sienta de maravilla. Kate y Emilia guardan, de hecho, ciertas similitudes.
Las dos huyen y esconden su rostro de las miradas ajenas: una de las
autoridades, la otra de los medios tras sus probados encuentros con «el
Chapo» Guzmán.
«Ingobernable» engancha en diez minutos. No ha llegado el ecuador del primer capítulo cuando el espectador se percata de que ya ha sido absorbido por la historia. Imposible escapar, aunque lo intentemos con el mismo empeño con el que Angélica Rivera huye de las autoridades. Ese, y Kate del Castillo, son los principales méritos que, por ahora, tenemos que reconocerle a la producción mexicana. Eso sí, atrapar al espectador desde el principio puede ser, a veces, un arma de doble filo: la audiencia no suele ser benévola con los bajones de intensidad en las tramas. Es ver un capítulo de «The Walking Dead» sin sangre y algunos ya dan la serie por perdida.
La escapada de Urquiza nos permitirá, además, vislumbrar a través de la serie y sus diálogos algunos de los males que, fuera de la ficción, mantienen a México enfermo: los crímenes, las desapariciones masivas, la corrupción. «La televisión en México es cada vez más mojigata, cada vez puede decir menos», aseguró en su día Epigmenio Ibarra, productor de la serie. «Ingobernable» no es mojigata, ni tampoco un culebrón. Habrá que meterla en la lista de favoritos de Netflix.
ABC
«Ingobernable» engancha en diez minutos. No ha llegado el ecuador del primer capítulo cuando el espectador se percata de que ya ha sido absorbido por la historia. Imposible escapar, aunque lo intentemos con el mismo empeño con el que Angélica Rivera huye de las autoridades. Ese, y Kate del Castillo, son los principales méritos que, por ahora, tenemos que reconocerle a la producción mexicana. Eso sí, atrapar al espectador desde el principio puede ser, a veces, un arma de doble filo: la audiencia no suele ser benévola con los bajones de intensidad en las tramas. Es ver un capítulo de «The Walking Dead» sin sangre y algunos ya dan la serie por perdida.
¿Quién mató a Diego Nava?
El primer capítulo de «Ingobernable» se inicia con la cruel pelea entre Diego Nava y Emilia Urquiza. La riña se salda de forma sorprendente: con el presidente muerto y su primera dama desorientada, con un arma en la mano que el espectador no sabe por qué ha aparecido en escena. La huida de la protagonista, que intuye su destino tras ese brutal desenlace, centrará gran parte de las tramas de esta primera temporada.La escapada de Urquiza nos permitirá, además, vislumbrar a través de la serie y sus diálogos algunos de los males que, fuera de la ficción, mantienen a México enfermo: los crímenes, las desapariciones masivas, la corrupción. «La televisión en México es cada vez más mojigata, cada vez puede decir menos», aseguró en su día Epigmenio Ibarra, productor de la serie. «Ingobernable» no es mojigata, ni tampoco un culebrón. Habrá que meterla en la lista de favoritos de Netflix.
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