El presidente de EE.UU., Donald Trump, y la canciller alemana,
Angela Merkel, reconocieron hoy los desacuerdos que han marcado el
comienzo de su relación y trataron de acercar posturas respecto a la
OTAN y Ucrania, en un frío primer encuentro entre dos líderes con ideas casi opuestas sobre el mundo.
La jornada de reuniones en la Casa Blanca no logró acabar con la profunda brecha entre Merkel y Trump, quien ha contradicho a la canciller en todo tipo de temas,
desde el futuro de la Unión Europea (UE) y la OTAN hasta la inmigración
y los refugiados, pasando por el comercio, el acuerdo nuclear con Irán o
la relación con Rusia.
Ambos trataron de limar tensiones y encontrar puntos en común, pero
no ocultaron sus diferencias en temas clave y tampoco dieron la
impresión de haber conectado a nivel personal.
“Es mucho mejor hablar el uno con el otro y no el uno sobre el otro, y creo que nuestra conversación de hoy ha demostrado esto“, dijo Merkel en una conferencia de prensa después de la reunión, la primera que ha mantenido en persona con Trump.
El lenguaje corporal de los líderes hablaba por sí solo, y la
anécdota del día tuvo lugar cuando los fotógrafos entraron en el
Despacho Oval y Merkel le preguntó a Trump si quería darle la mano, a lo
que el presidente estadounidense no respondió.