“El Síndrome de Desgaste Profesional, es un problema que afecta
fundamentalmente a profesionales de la salud y a aquellos que tienen
trato directo con el público. Médicos, Enfermeras, Profesores, Maestros,
Terapistas, pueden ser aquejados por ésta situación, la cual es el
producto de un proceso dinámico.
Estamos hablando de un estrés laboral prolongado, en situaciones con
mucha carga emocional, conllevando a una pérdida de interés por el
trabajo en sí mismo, es decir, afecta estrictamente a la actividad
laboral”.
¿Esto puede significar que el estrés laboral crónico, podría ser su causa fundamental?
“El estrés laboral crónico, es la situación subyacente de un desgaste profesional.
El Desgaste profesional lo definió una socióloga y psicóloga,
caracterizándolo en base a tres grandes dimensiones: El Agotamiento
emocional, el cual tiene que ver con el cansancio. El estrés laboral, el
cual tiene manifestaciones tanto físicas como emocionales: dolores de
cabeza, dolores musculares, molestias gastrointestinales o colon
irritable y desde el punto de vista emocional: irritabilidad, falta de
motivación, y esa muy común afirmación de que “ya no puedo dar más de mí
mismo”.
“El otro componente es La despersonalización, la cual viene señalada
por trastornos de conducta como el aislamiento, deshumanización, la
insensibilidad, el negativismo, el aislamiento de otros colegas y el
trato cínico hacia los pacientes. Y la última dimensión es la falta de
logros personales, los cuáles se muestran con sentimiento de
frustración, de fracaso, de baja autoestima. Tienen que haber
componentes de cada una de ellas, para alcanzar ese diagnóstico”.
El panorama que usted me está pintando, me parece muy conocido de
muchas personas hoy en día. Algunos aspectos que usted refiere, pudiesen
ser considerados en muchos profesionales de ciertas jerarquías y el
ciudadano común. La situación país, la situación económica, son varios
los elementos que nos pueden producir alteraciones de conducta como las
antes citadas. Hoy trabajamos mas, debemos esforzarnos más para
mantenernos empleados, muchas veces hasta ejecutamos dos o tres roles
dentro de nuestro trabajo.
¿Cómo no llegar a un Síndrome de Desgaste Profesional?
“Existen ciertamente variables que dependen de la persona como la
edad, sexo, los años, aunque en la literatura médica no existe consenso
para definir las variables de orden individual que influyen; pero las
ambientales o laborales, si están más o menos identificadas y
consensuadas: un rol laboral no definido, un ambiente laboral poco
favorable, un bienestar laboral poco favorable, la falta de
corresponsabilidad, todo ello contribuye”.
“El mensaje que quisiera transmitir es que además de
identificarlo y reconocerlo, éste es un problema en el cual estamos
expuestos todos, no solamente profesionales de salud, sino todos los que
trabajamos con personas. Lo más importante es conocer de que
manera superamos este síndrome, debemos de buscar recursos en la
formación del profesional, que le permitan salir de un estado de
vulnerabilidad.
“Reconocemos que todo lo que usted abarcó, son variables que
probablemente favorecen su aparición. Pero debemos de dotar a nuestros
estudiantes y profesionales, de recursos que les permitan de alguna
manera superar o responder ante ésta condición. Existen posibilidades
durante la formación, a través de un estado de resilencia, afrontando la
adversidad, superarla y salir fortalecidos de ella. Es importante
además de la formación que pueda haber, identificar la falta de tiempo
que mucha veces privamos para nuestro desarrollo integral”.
“Debemos trabajar, mantener nuestra vida profesional, nuestra
vida personal y familiar. El profesional, debe aprender a balancearlo
con amplio equilibrio, el otro aspecto es el de valorar el trabajo en
equipo, no ver a nuestro compañero de trabajo como un competidor, sino como un aliado, con el cual se pueden compartir ayudas y responsabilidades”.
“Otro aspecto es entender que somos seres humanos con limitaciones,
con frecuencia nos empeñamos en dar más de lo que somos capaces y un
aspecto que es de suma importancia, es reconocer los síntomas del
estrés. Algunos estresores son modificables por nosotros mismos y otros
no, es importante analizar que nuestras organizaciones tienen a veces
circunstancias que no son inmodificables en ese momento. De manera que
la aceptación de la realidad, es un instrumento clave para el proceso de
adaptación, para no intentar que nuestro aporte se dirija a
modificarlas”.
“Sin que esto me niegue la posibilidad, de hacer nuestro trabajo lo
mejor posible. Existen una serie de recursos que vale la pena
identificarlos, para superar o no dejarnos “quemar”, como
profesionales”.
Intertítulo
¿Pudiésemos identificar en el Síndrome de Desgaste Profesional, estadios o etapas?”
Si, en principio es importante reconocer que no todo estrés
es malo, es más en el caso de la medicina, el estrés es una condición
indispensable para el ejercicio de la buena medicina. El estrés
con frecuencia nos permite mejoras en nuestro desempeño profesional,
nos promueve un proceso que nos lleva a un estado de equilibrio y nos
permite adaptarnos a las exigencias del entorno en que nos
desarrollamos”.
“El problema surge cuando en una situación de estrés crónico,
llegamos a producir un desbalance, entre las situaciones estresantes y
la capacidad del individuo para afrontarlas. Si observamos, no todo
profesional termina con un Síndrome de Desgaste Profesional; lo que
significa que unos tienen recursos que no tienen otros. Probablemente,
estos recursos son los que tenemos que intentar aportar. Existen incluso
manifestaciones que tienen que ver con el ambiente laboral, por ejemplo el ausentismo, faltar por cualquier excusa, pacientes en consulta que lo que persiguen es buscar un reposo médico”.
“Lo otro, es el incremento de conductas violentas, de alto riesgo, manejar a alta velocidades, la pérdida de utilidad y de calidad de servicio que presta, la falta de competencia, etc.”
¿Una vez declarado el Síndrome de Desgaste Profesional, cuáles serían las terapias recomendables?
“Se debe de partir de terapias conductuales, terapias de
retroalimentación, terapias grupales, mejoramiento de las condiciones
del trabajo. Técnicas de enrutamiento de las propias emociones, el
acompañamiento de especialistas como psicólogos laborales o sociales.
Los medicamentos más frecuentes, son para tratar a un paciente ansioso,
como los ansiolíticos, pero no son los más recomendables”.
“El individuo, debe aprender a reconocer su realidad, debe
aprender a adaptarse a las circunstancias o aceptar las limitaciones.
Haciendo una distribución adecuada del tiempo y propiciarse un
desarrollo integral como ser humano. La literatura médica,
identifica como rasgos más predisponentes, a hombres solteros, jóvenes,
entre cinco a diez años de actividad en un mismo trabajo. Existen
estudios que identifican al Síndrome de Desgaste Profesional, desde las
escuelas de medicina; y en el caso de los residentes, hay un estudio
reciente de la Sociedad Venezolana de Medicina Interna, en el cual se
reporta que en un 76%, de 126 residentes de Medicina Interna, padecen
Síndrome de Desgaste Profesional. Lo cual es una frecuencia altísima,
aunque la frecuencia promedio a nivel mundial está entre un 25% y 60%
en el área de ciencias de la salud”.
¿Cómo poder asumir en nuestro sistema de salud pública, las terapias para el Síndrome de Desgaste Profesional, entre los escalafones o rango de asistencia de nuestros profesionales de salud, es decir: Especialistas, Residentes, Enfermeras, Camareras, etc.?”
“Vamos a analizar algunas variables en el desarrollo del
desgaste, según las cuales allí pudiésemos observar al personal médico,
al de enfermería y el resto de los profesionales de salud. El exceso de
estimulación adversiva, el de trabajar con situaciones
altamente demandantes; para médicos y enfermeras, la condición de vida o
muerte, lo cual impone una carga tanto psíquica como emocional; el
trato continuo con enfermos que exigen un cierto grado de implicación
para establecer una relación de ayuda”.
“La situación de no poder curar, en el caso de los médicos,
cuando partimos de un principio de que los médicos atendemos muchas
cosas y curamos pocas; por ello hemos hablado de medicina preventiva.
La proporción alta de enfermos, los cuáles se deben de atender,
habilidades y controles en este caso de las emociones. El horario de
trabajo irregular, el conflicto y ambigüedad del rol, la falta de
conexión entre el equipo interdisciplinario, la burocratización o
individualismo en instituciones sanitarias, lo cual hace que sean mucho
más afectado el personal de enfermería”.
“El desgaste, no tiene solo que ver con la carga de trabajo y la fatiga, sino con la desmotivación tanto física, emocional como cognitiva, con intereses que en algún momento fueron importantes, para el personal de salud.
En tal sentido, debemos en la etapa de formación de cualquier
profesional de salud, o aquel que tenga responsabilidad de atención de
personas, ofrecerles recursos que permitan a nuestros egresados y
médicos en ejercicio, no dejarse afectar por el Síndrome de Desgaste
Profesional. Darse tiempo para distribuir el tiempo, en forma racional,
para diferentes actividades, la posibilidad de valorar el
trabajo en equipo y no apartarnos de nuestros ideales, aún por encima de
nuestra condición país. ¡Debemos afrontar las adversidades y salir
fortalecidos de ellas!….