No pasaron 24 horas de la toma de posesión de Donald Trump cuando el
restaurante del venezolano Félix Valderrama en Seattle recibió el
primero de tres ataques por parte de ciudadanos norteamericanos: una mujer arrancó la bandera que exhibían afuera del local y les pidió que se largaran de Estados Unidos.
Los otros dos ocurrieron con una semana de diferencia. En uno arrancaron la bandera con todo y asta, y en el tercero una mujer se limitó a gritarles a los propietarios que se prepararan para ser expulsados.
“Estaba abriendo el restaurante como a las 10 y media de la mañana y
pasó una mujer que me dijo que gracias a Dios (el presidente Donald)
Trump había llegado y que teníamos que hacer las maletas porque no
hacíamos ningún bien en este país y que pronto nos pondrían remedio”,
contó Valderrama.
Esta mujer no tiene nada que ver con la primera, aunque el discurso fue similar.
“Nos dijo que nos largáramos de aquí, que no hacíamos falta en este país“, recordó este venezolano, que tiene viviendo en Estados Unidos desde abril de 1999.
Trump llegó al poder con un fuerte discurso anti-inmigrantes y
amenazó con deportar a 11 millones de indocumentados, así como construir
un muro en la frontera con México.
“Y el presidente habla de odio tan libremente que la gente cree ahora que tiene licencia para decir cualquier cosa“, lamentó.
El restaurante, que se llama “Arepa”, como el plato típico
venezolano, está ubicado en una zona universitaria de Seattle, la mayor
ciudad del estado de Washington (noroeste) y mayoritariamente contraria
al mandatario.
De hecho, Valderrama subrayó que se trató de hechos aislados pues el restaurante, del que es co-propietario y abrió hace año y medio, ha tenido gran aceptación en la comunidad.
Esta vez no fue a la policía porque, según explicó, en un robo previo
las autoridades no investigaron como esperaba. “Pero debí ir y si
ocurre de nuevo estaré preparado para grabarlo”, dijo.
Su plan ahora es exhibir la bandera de Venezuela acompañada de la de Estados Unidos.
“Compré 12 banderas, vamos a ver quién se cansa primero: ellos de quitarla o nosotros de ponerla de vuelta”, señaló.
Con información de AFP.