Tras
terminar una larga relación amorosa a causa de constantes episodios de
celos, Melody Moon, una chef de 25 años residente de Yeovil, Inglaterra,
sufrió el ataque de su expareja, Jamie Mitchel, de 27 años, quien le
mordió en el rostro 21 veces "para que ningún hombre se fijara en ella
nuevamente".
"Estar
con Jamie parecía mi destino. Nos enamoramos, trabajábamos juntos toda
la semana y la mayor parte de los fines de semana la pasábamos en su
casa. A penas y pasábamos momentos separados".
No obstante, Melody advierte que Jamie se volvió posesivo rápidamente
y se enfurecía cuando ella decidía pasar tiempo sola. "Poco a poco
Jamie se volvía más demandante. Allí supe que no podíamos continuar
juntos".
Al terminar el noviazgo, la joven renunció a su empleo, pues su ex
trabajaba allí y no quería verlo. Entonces, él le pidió que fuera a su
casa para arreglar las cosas. Durante el encuentro intentó lanzarla por
la ventana y la agredió en la calle. La policía lo dejó ir baja la
promesa de que no volvería a acercarse a Melody.
"Pero él me bombardeó con textos, llamadas y mensajes en las redes
sociales. Prometió que matarme. Mis padres estaban preocupados, pero no
tenían espacio donde acogerme. Estaba aterrada, así que fui a quedarme
en casa de un amigo".
Cuando por fin se animó a salir a la calle, se encontró con Jamie,
quien llorando la convenció de ir a su casa nuevamente. "Cuando entramos
en el piso, mi piel se erizó. Sentí que el lugar estaba vacío. Me había
llevado a una trampa".
Ya solos, el hombre la golpeó e intentó asfixiarla, después le
confesó que la mordería para que nadie más se volviera a fijar en ella.
Un vecino escuchó los gritos y llamó a la policía pero cuando esta llegó
ya era muy tarde.
"Gritaba como un loco, la sangre salía al rededor de su boca. Me
golpeó y me escupió. Pensé que iba a morir y me desmayé. Cuando
desperté, mi rostro palpitaba. Allí pensé que tenía razón, nadie iba a
volver a fijarse en mí. Parecía un monstruo".
En el ataque, Jamie le propinó fracturas en el hueso orbital del ojo
derecho, la nariz y el mentón. Además, recientemente fue diagnosticada
por síntomas de estrés post-traumático, por lo que ahora lleva un
tratamiento por ansiedad. El agresor fue condenado a dos años de
prisión.
Fuente: 2001