La activista y médica Elizaveta Glinka, conocida en Rusia como doctora Liza, directora de la organización internacional Ayuda Justa y miembro del Consejo Presidencial ruso, se encontraba a bordo del avión Tu-154 que cayó en el mar Negro.
El portal de noticias Sputnik informa que para los rusos, Glinka se ha convertido en un símbolo de altruismo y humanidad. El 6 de diciembre, la doctora fue galardonada con el Premio Estatal. Al recibir el galardón de las manos del presidente de Rusia, Vladímir Putin, la médica declaró que “el derecho a la vida es el derecho más importante”.
Subrayó que para ella, “es muy difícil ver a los niños muertos y heridos de Donbás y de Siria. Es imposible reconocer la división de la sociedad, en la que las personas dejan de escucharse las unas a las otras. Nosotros (los defensores de los derechos humanos) estamos fuera de la política, al igual que las personas a las que defendemos. Estamos del lado de la paz, del diálogo y de la colaboración con todo el mundo”.
Al mismo tiempo, manifestó que “nunca estamos seguros de si regresaremos vivos, porque la guerra es el infierno en la Tierra, y sé de lo que hablo. Pero estamos seguros de que la bondad, la misericordia y la compasión son más poderosas que cualquier arma”.