Un segundo extra se añadirá a los relojes de todo el mundo a las 23
horas, 59 minutos y 59 segundos Tiempo Universal Coordinado (UTC), es
decir, que el año 2016 durará un segundo más. Este es un procedimiento
establecido desde la década de 1970 para mantener una relación entre el
Tiempo Universal Coordinado (UTC) y una medida del ángulo de rotación de
la Tierra en el espacio (UT1). Para determinar la UTC, se genera
primero una escala de tiempo secundaria, el Tiempo Atómico Internacional
(TAI); consiste en la UTC sin segundos intercalares.
Cuando el sistema se instituyó en 1972, la diferencia determinada
entre la TAI y la UTC era de 10 segundos. Desde 1972, 26 segundos
bisiestos adicionales se han añadido a intervalos variables de seis
meses a siete años, con el más reciente insertado el 30 de junio de
2015. Según señala el US Naval Observatory, después de la inserción del
segundo intercalar en diciembre, la diferencia acumulada entre la UTC y
la TAI será de 37 segundos.
Alrededor de 500 a 750 días, la diferencia entre el tiempo de
rotación de la Tierra y el tiempo atómico sería aproximadamente un
segundo. Por ello, un segundo se inserta para acercar las dos escalas de
tiempo. Si bien podríamos cambiar la hora de un reloj atómico, no es
posible alterar la velocidad de rotación de la Tierra para que coincida
con los relojes atómicos. La Tierra no es estable en su movimiento y
velocidad, sobre todo a causa del viento, que al colisionar con las
cordilleras puede llegar a acelerar o decelerar la velocidad de rotación
de nuestro planeta.
Por esa razón, el segundo intercalar se empezó a aplicar en 1972.
Desde entonces se han sumado un total 26 segundos intercalares, siempre
el 30 de junio o el 31 de diciembre. Ello provoca no pocos líos en la
gente, además de que puede perturbar el funcionamiento de algunos
programas informáticos. Por esa razón, la Unión Internacional de
Telecomunicaciones insiste en que, para ahorrarnos tantos reajustes, nos
pongamos todos de acuerdo para añadir una hora cada 600 años y nada
más.