El
robot explorador Curiosity ha hallado en Marte un curioso meteorito
metálico, de aspecto pulido y compuesto de níquel e hierro, que no había
sido encontrado hasta el momento en el planeta rojo, informó la NASA en
su web.
La
agencia espacial estadounidense afirmó que el choque de meteoritos con
la superficie de Marte no son raros, pero remarcó que la especial
composición del hallado por Curiosity -lanzado por la NASA- apunta a que
no es propio del planeta rojo.
Los científicos, que ya han bautizado a este meteorito como "Egg
rock", señalan como hipótesis más probable que se trate de parte del
núcleo de una roca y polvo cósmica en camino de convertirse en un
pequeño planeta procedente del cinturón de asteroides.
La superficie del meteorito es suave, semejante al resultado de haber
sido pulida; y presenta unos surcos profundos, un típico patrón de
meteorización que pueden revelar el tiempo en el que la bola se fundió.
"Los meteoritos de hierro ofrecen registros de los diferentes tipos
de asteroides que se han quebrado, con fragmentos de sus núcleos
acabando en la Tierra y en Marte. Marte puede haber experimentado una
muestra diferente de asteroides de los registrados en la Tierra",
aseguró Horton Newson, de la Universidad de Nuevo México en
Alburquerque, uno de los científicos que ha investigado este hallazgo.
El robot Curiosity encontró "Egg Rock" en las laderas de la montaña
Aeolis Mons de Marte, cerca del lugar donde consiguió pruebas de que
hubo un lago de agua en el planeta hace millones de años.
El vehículo explorador partió el 26 de noviembre de 2011 en un cohete
Atlas desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (EE.UU.), y
descendió el 6 de agosto de 2012 en el cráter Gale con la misión de
averiguar si en Marte se dieron las condiciones para albergar vida.
En sus primeros doce meses, el robot descubrió un antiguo lecho de
curso de agua y recogió muestras de suelo y la atmósfera suficientes
como para que los científicos concluyan que puede haber habido vida allí
hace miles de millones de años.
Curiosity, con una longitud de unos tres metros, tiene el tamaño de
un carrito de golf y es el doble de grande y cinco veces más pesado que
sus predecesores, los robots Spirit y Opportunity, lanzados en 2003.
Se trata también del robot mejor equipado, con diez instrumentos de
tecnología punta, como el instrumento de difracción de rayos X (CheMin),
que analiza químicamente los minerales recogidos por Curiosity con su
brazo robótico, o la estación medioambiental REMS, diseñada y construida
en España.
EFE / SG