Estados Unidos invitó por primera vez a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que observe sus elecciones presidenciales, después de financiar durante más de medio siglo la supervisión de los comicios en países latinoamericanos sin autorizar el examen de los suyos.
La OEA recibe este paso "histórico" como una "muy buena señal" al considerar que "la mejor manera de consolidar la democracia es predicar con el ejemplo", según dijo a Efe Francisco Guerrero, secretario para el Fortalecimiento de la Democracia en la organización.
Durante los 54 años de historia de la observación electoral de la OEA, EEUU "ha sido central" a la hora de financiar misiones en los comicios de los países latinoamericanos, pero nunca había permitido que la organización examinara los suyos propios.
"Establece un precedente que da a Estados Unidos más legitimidad cuando urge a otros gobiernos del continente a invitar a la OEA a observar sus elecciones", comentó a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.
Estados Unidos sí ha permitido, igual que hará este año, la observación electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), entidad a la que también pertenece.
En la OSCE los miembros aceptan automáticamente por una cláusula la observación electoral, mientras que en la OEA cada país puede decidir si invita o no a la organización a supervisar sus comicios.
Preguntado por Efe acerca de los motivos que le hacen ahora abrir la puerta a la OEA, el Departamento de Estado se limitó a decir que recibe la observación de la organización como "una oportunidad de demostrar la dedicación y el apoyo de Estados Unidos a esta importante función de la institución".
"Valoramos enormemente el importante trabajo de la OEA para promover elecciones libres y justas en la región, y hemos invitado a la OEA a observar nuestro proceso electoral este otoño", aseguró a Efe un portavoz del Departamento de Estado en una declaración.
En la OEA, Guerrero agradece este "gesto de confianza" hacia la organización y constata, sin entrar en valoraciones, que la apertura de EEUU al escrutinio de la organización coincide con "una elección muy competida, que ha sido motivo de atención mundial, porque es una elección polarizada".
El candidato republicano a la Presidencia, Donald Trump, ha dicho en numerosas ocasiones que teme que haya fraude contra él en estados clave como Pensilvania, sobre todo a través de los sistemas de voto electrónico.
Las modalidades de votación serán uno de los elementos que la OEA estudiará, junto al registro de electores, la financiación de las campañas, la inclusión de las minorías, la equidad de género y el papel de los medios de comunicación.
"En Estados Unidos, el fraude abierto en el proceso electoral es muy raro, pero hay continuas controversias sobre la financiación de las campañas, las leyes de identificación de los votantes, la descentralización y los inconsistentes mecanismos y tecnología de voto", apuntó Shifter.
La organización está ahora "en pleno proceso de petición y discusión" con las autoridades estatales, teniendo en cuenta que once estados limitan o prohíben la presencia de observadores internacionales.
Estos estados, algunos de los cuales ya pusieron trabas a la observación de la OSCE en años anteriores, son Arizona, Texas, Oklahoma, Arkansas, Luisiana, Indiana, Misisipi, Alabama, Tennessee, Ohio y Connecticut.
La OEA quiere tener observadores al menos en un estado fronterizo con México, en otro fronterizo con Canadá y en las dos costas.