Durante sus investigaciones en Italia a fines del siglo XIX, el folclorista norteamericano Charles Leland tomó contacto con una misteriosa mujer llamada Maddalena, quien puso en sus manos un antiguo manuscrito sobre brujería.
El libro titulado “Aradia” o “El evangelio de las brujas” fue meticulosamente traducido por Leland e impreso en 1899. El texto está centrado en la figura mitológica de Aradia, venida a la Tierra para enseñar a los oprimidos las artes de la brujería como forma de resistencia social. En él se compilan hechizos, oraciones y prácticas mágicas de origen medieval. Esta información había sido celosamente resguardada durante siglos y es una de las pruebas más contundentes que existen en la actualidad sobre la tradición ocultista en Europa.
La antigua religión de las Brujas está basada en principios de solidaridad, y fue utilizada secretamente para enfrentar el poder de los señores feudales de la época.Muchos de sus preceptos se transmitían oralmente entre mujeres, e incluían desde recetas medicinales hasta tácticas políticas.
Charles Leland explicó sobre el libro: “en ese Evangelio de las brujas tenemos al menos una fidedigna descripción de la doctrina y de los rituales durante los aquelarres. Rendían culto a deidades prohibidas y practicaban actos prohibidos, inspirados tanto en la rebelión contra la sociedad como en sus propias pasiones”.
El texto compone una verdadera contrareligión, anti jerárquica y opuesta al catolicismo. Leland estaba convencido de que aún en su época subsistía una sociedad secreta de brujas seguidoras de este evangelio.
La publicación del libro significó un renacer para la cultura pagana en occidente. Numerosos académicos han estudiado la obra, cuya última edición data de 1999.
