Leí por primera vez del beso negro cuando era adolescente. La idea de hacer un anningulus (sexo oral en el ano), no me parecía del todo excitante, sino más bien asqueroso. ¡Quién querría lamerlo! (O peor aún, dejar que alguien se lo lamiera).
Con el paso del tiempo, y la pareja ideal, me atreví a experimentar esta práctica sexual y descubrí lo deliciosa que es.
En qué consiste
El beso negro también es conocido como “beso polaco” o “beso de colibrí” y consiste en estimular el ano de tu pareja mediante la lengua o labios para llevarlo al paraíso del placer.
Esta práctica sexual sigue siendo un tabú en la sociedad, algunos aún creen que es exclusiva de las parejas homosexuales (y vaya que están equivocados).
Un beso negro puede llevar a tu pareja directito al orgasmo, pues como sabes, el ano tiene cientos de terminaciones nerviosas que pueden ser estimuladas, produciendo sensaciones placenteras, tanto para hombres como para mujeres.
¿Cómo platearle a tu pareja esta práctica sexual?
Nada mejor que hablando. Pregúntale qué le parece la idea de llevarlo a la práctica y qué tan cómodo se sentiría. Si ambos están de acuerdo, háganlo.
Empieza tocando sus glúteos y la zona de alrededor con tus manos y dedos, para posteriormente usar tu lengua y boca para besar la zona.
Quítate los mitos de encima y recuerda que el hombre heterosexual también puede recibir un anningulus (y seguramente se volverá loco de placer). Gracias a las terminaciones nerviosas del ano, tu chico experimentará mucho placer, pues también estarás estimulando su Punto G.
Lo que debes tomar en cuenta
La higiene es FUNDAMENTAL. Nada mejor como realizarlo después de que tu pareja se dio un buen baño.
Asegúrate también de lavarte los dientes y boca después de practicarlo y antes de darle besos en la boca a tu pareja.
Como cualquier práctica sexual, están expuestos a contraer alguna Infección de Transmisión Sexual (ITS), así que hazlo únicamente con una pareja estable, o bien, asegúrate de usar alguna protección de látex en la zona.
Ahora sí, quítate todos los prejuicios y sumérjanse en el mar del placer.