Un niño de 10 años murió este domingo en el tobogán acuático más alto del mundo.
La noticia fue confirmada por los devastados padres del menor, llamado Caleb Schwab, quien falleció en la llamada Verrückt water slide, de 168 pies de altura, ubicada en el parque de diversiones Schlitterbahn Vacation Village, en Kansas City.
La tragedia ocurrió durante un evento que se llevaba a cabo para oficiales electos de la ciudad y se desconocen las circunstancias exactas de la muerte de Schwab, o si cayó desde las escaleras -de 17 pisos- que conducen al tobogán de agua. Por el momento, la policía ha decretado lo sucedido como “accidente aparente”.
“Honestamente no sabemos qué pasó”, dijo Winter Prosapio, director de comunicación del parque de Schlitterbahn al diario The Kansas City Star. “Por eso es necesario una investigación a fondo…para ser honestos, esto no es algo que hayamos experimentado”, aseguró.