Esta descabellada teoría retoma su poder diez años después.
En el mundo suceden cosas muy extrañas, algunas tal vez demasiado
para nuestro propio entendimiento, sin embargo, hay quienes le
encuentran sentido detrás de complicadas teorías conspiratorias que poco
a poco ganan credibilidad.
Una de las más alocadas de la última década es aquella que asegura que Britney Spears fue una agente del gobierno de George W. Bush.
¿Cuál era su trabajo? Desviar como fuese posible la atención de los
medios cada vez que el Presidente estuviese en problemas. ¿Cómo lo hizo?
Si indagan un poco en los años problemáticos de la cantante encontrarán
la respuesta.
Bush ha sido un mandatario histórico dentro de la política
norteamericana, ya que luego de ganar en su primer período con una
mayoría absoluta, a lo largo de su estadía en la Casa Blanca enfrentó
momentos de alta tensión debido a sus malas decisiones, políticas mal
aplicadas, guerras fuera de control y más, cosa que lo llevó a perder
casi por completo el apoyo de su propio país.
A pesar de ello, siempre hubo una gran estrella en el camino de Bush,
¡Spears! Quien en más de una oportunidad alabó las labores del
Presidente, como aquella vez que apoyó la invasión a Irak, diciendo que
confiaba por completo en las decisiones de él, y que simplemente había
que tener algo de fe.
Pero, ¿en que pruebas se basa esta teoría? En una curiosa línea del
tiempo que revela las actividades paralelas de ambos personajes.
Contaminación cinematográfica.
En febrero de 2002 Bush aprobaba la liberación de
77.000 toneladas de residuos radioactivos en una montaña de Nevada, aún y
cuando los ciudadanos se habían negado. Mientras tanto, al mismo
tiempo, la princesa del pop se preparaba para dar el salto a la gran
pantalla con su primera cinta Crossroads. Como bien recordamos
las críticas no fueron muy favorecedoras para la cantante, y a pocas
horas de su estreno, su rostro y su nombre tomaron los titulares del
mundo.
Una boda exprés lo arregla todo.
En enero de 2004, el Presidente Bush se enfrentaba a un nuevo escándalo, esta vez debido al caso Plamegate.
Más tarde él desvió la atención al asegurar públicamente que Sadam
Husein planeaba utilizar armas de destrucción masiva. Una cosa llevó a
la otra y el gobernante volvió a ser señalado. Y mientras todo esto
estallaba en Washington D.C., Britney Spears huía a Las Vegas con Jason Alexander,
su amigo de la infancia, para contraer matrimonio en una capilla exprés
luego de una noche de excesos. 55 horas después el compromiso fue
anulado, y una vez más la diva acaparó todas las noticias.
Es peor una mala madre que un mal presidente.
En abril de 2006 el Washington Post anunciaba que las continuas bajas en la guerra de Irak estaban perjudicando la popularidad de Bush
como nunca antes en la historia. Los muertos aumentaban de lado y lado,
y no parecía haber una salida correcta al conflicto. ¿Qué sucedía al
mismo tiempo con Spears? La cantante era asediada por
el Servicio de Atención a la Infancia debido a su supuesta negligencia
maternal con su primer hijo. En aquella época Brit fue vista conduciendo
con su hijo en su regazo, los paparazzi cataron el momento en que el
bebé casi se le cae de los brazos en plena vía pública, y además, en
casa, el niño sufrió una caída que lo dejó con una fractura menor en el
cráneo y coágulo de sangre.
La separación que nadie vio venir.
En noviembre de 2006, justo antes de las elecciones legislativas, el
mundo volteó su atención y se olvidó de las urnas que una vez más
impulsarían a Bush, para saber más sobre inesperado divorcio de Spears y
Kevin Federline, justo después del nacimiento de su segundo hijo juntos.
Ahora, en el 2016, en plena campaña presidencial, Birtney se vuelve a dejar ver simpatizando con personajes políticos tan importantes como Hillary Clinton, la candidata al partido demócrata para tomar la Casa Blanca durante el próximo período.
¿Acaso Brit volvió a sus andanzas?