Un elaborado perfil realizado en 1943 por el psicólogo Henry Murray,
perteneciente a la Universidad de Harvard, reveló que el poderoso
dictador alemán Adolf Hitler, poseía una fuerte psicopatía derivada del trauma por haber visto de niño a sus padres teniendo relaciones sexuales.
En efecto, el escrito señaló que el “Führer” fue diagnosticado con el complejo de “Edipo”: quería minimizar a su padre, luego de haberlo encontrado teniendo relaciones sexuales con su madre.
“Hitler tuvo una oscura personalidad, un hombre de apretón de manos
débil, con un incapacidad para mantener relaciones humanas en parámetros
normales y con pánico a la intimidad”, refirió el informe.
Asimismo, de adulto se convirtió en un masoquista incapaz de consumar un acto sexual con normalidad,
sufría histeria, neurosis, esquizofrenia y, entre otras cosas,
paranoia. “Era un tipo incapaz de aceptar una broma y se comportaba como
un criminal compulsivo”.