Los antiguos autobuses de Caracas se han convertido en icono de la ciudad
Nota del Diario Ultimas Noticia
VanessaRivas|Jvrivas@grupo-un.com-.
Los puestos firmes naranjas o azules, el olor a humo constante, los ventanales amplios que permiten observar cada detalle de la ciudad, un segundo y penúltimo puesto alto que todos se pelean por ocupar -tanto niños como adultos-, los torniquetes un tanto duro y el sonido inigualable de su motor ¿les suena?
Pues si, en esta ocasión la aventura es en los famosos y antiguos “recogelocos” de nuestra ciudad; lo de antiguos es porque su existencia data a un poco más de 40 años, y sus protagonistas, los conductores venezolanos y algunos del extranjero han mantenido este sistema de transporte con esfuerzo, inteligencia, dedicación pero sobretodo con ganas de permanecer prestando servicio a los caraqueños.
Pero, ¿A qué se debe el nombre de “recogelocos”? No debe ser extraño para nadie recordar como los “indigentes” o personas de la calle, suelen pedir la cola al conductor y este les permite subirse pero eso sí, con una condición: deben hacerlo pasando por el torniquete trasero -de hecho, es obligatorio pegar un brinco-.
En la actualidad existe cualquier tipo de transporte públicos en Caracas, pero la sensación de viajar por la ciudad en un Mercedes Benz blanco con franjas azules no es comparable ¿Quién no ha dejado recuerdos en uno de estos autobuses?, además hay ciertas características que los hacen parte de la cultura caraqueña, aquí recordamos algunas citadas por el portal Cuandoerachamo:
- La mayoría de estos autobuses piden el pasaje al subir. Hay un torniquete al subirse que tiene un sonido particular. Más de un chamito le ha dado vueltas a ese torniquete hacia el lado contrario (esta es la trampa para no pagar pasaje)
– El asiento preferido por los chamitos -y también para muchos adultos- para montarse es el que queda justamente por encima de las ruedas delanteras y traseras, este asiento otorga una especie de “poder” a quien lo ocupa.
– Durante muchos años cuentan que se jalaba una guaya contra la pared del autobús para anunciar la parada. Dicha guaya en teoría hacía sonar un timbre delante, pero en la mayoría de los casos no servía y la gente le daba duro para que pegara contra el techo e hiciera el suficiente ruido para alertar el chófer.
– Aunque no tienen música, esto no hace falta, porque al cambiar de velocidad la caja hace un ruido estremecedor y particular -ya los citadinos se acostumbraron y ni molesto se hace escucharlo-
– Para bajarse del autobús hay conductores que como estricta normativa exigen que sea por la puerta de atrás, por lo que los pasajeros tienen que esperar que el conductor les abra la puerta pero sobretodo que escuche.
En un principio, las ocho compañías que formaban parte de las rutas más antiguas de la capital, eran: Magallanes-Parque Central de Colectivos Francia; San Bernardino, Av. Urdaneta de la Compañía de Autobuses San Bernardino; La Yaguara-Chapellín, La Vega-Chacaíto de Colectivos El Tiempo; El Llanito-Plaza Venezuela-El Silencio de Transporte El Llanito; San Bernardino-Av. Panteón-Montalbán de Colectivos Francia; Los Frailes-Coche de Transporte Arenal; Caricuao-Parque Central de Autobuses de Antimano y Antimano- Montalbán-El Marqués del IMTC.
En la actualidad las rutas que funcionan son Magallanes-Chacaíto, San José-Cementerio, Cotiza-Silencio, y lo hacen de manera regular en horario comprendido de lunes a domingo, de 5 de la mañana a 7 de la noche.
Los “recogelocos” y sus conductores les han sido fiel a su esencia, todos mantienen las mismas características de sus inicios, y la mayoría de sus conductores son personas de la tercera edad y si eres de los que piensa que ese gigantesco autobús no pasará por algunos extremos de la ciudad, te equivocas, estos expertos chóferes tienen todo “fríamente calculado”.
A pesar del abanico de opciones para transitar por nuestro Valle, los caraqueños siguen prefiriendo subirse al ruidoso y antiguo “recogeloco” que a juicio de la mayoría, les proporciona seguridad vial, tranquilidad, rutas largas, y el aire de la ciudad a través de sus amplios ventanales.
Así que ya sabes, si te subes a un recogeloco no olvides que el pasaje es al subir y la parada es por la parte de atrás ¡Y aventúrate en el Mercedes!
