"Esto no se acaba hasta que se acaba”.
Esta es una de las frases de Yogi Berra que trascendieron fuera del
béisbol y a través de las generaciones, para convertir al exreceptor de
los Yankees, uno de los más grandes de todos los tiempos, en un ícono de
la cultura de Estados Unidos.
Yogi Berra, uno de los personajes más
queridos de todo el deporte, murió el martes a los 90 años de edad. La
noticia se dio a conocer en la madrugada del miércoles.
“Celebramos su remarcable vida, y
estamos agradecidos de que él haya significado tanto para tanta gente.
Se le extrañará grandemente”, dijo su familia en un comunicado difundido
por el Museo Yogi Berra.
Berra, tres veces nombrado el Jugador
Más Valioso y ancla de la dinastía más dominante que haya visto el
deporte –los Yankees de los 40, 50 y 60, ganadores de 10 Series
Mundiales-, engalanó su imponente carrera con gracia, carisma e ironía
como pelotero, manager y héroe (también se enlistó en la Naval durante
la Segunda Guerra Mundial).
Entronizado en el Salón de la Fama de
Cooperstown en 1972 gracias a sus logros, liderazgo y sus 358 jonrones,
Berra fue el arquitecto de la mayor joya de pitcheo registrada en el
béisbol: el juego perfecto lanzado por Don Larsen en la Serie Mundial de
1956 contra los Dodgers de Brooklyn. No ha habido otro de esos.
Su retirado número 8 se encuentra en Monument Park, en Yankee Stadium.
CNN