Su partida de nacimiento dice que nació un
día como hoy (7 de julio), pero de hace 75 años, en Liverpool,
Inglaterra. Pero en realidad, podríamos decir que su otro nacimiento, el
artístico, se produjo un 14 de agosto de 1962. Ese día, según la
abundante literatura beatle, John Lennon le preguntó a Richard Starkey Jr. si quería tocar la batería en su grupo. El grupo se llamaba los Beatles y el baterista pasó a ser conocido, para siempre, como Ringo Starr.
El resto es historia, claro.
Ringo, que había debutado en la batería con Rory Storm and the Hurricanes, viajó a Hamburgo en enero de 1962 para tocar con Tony Sheridan en boliches y burdeles en los que también The Beatles se habían fogueado. El ofrecimiento de Lennon a Ringo dio por terminada la breve carrera de Pete Best como baterista de los Fab Four. El encargado de las malas noticias fue Brian Epstein, el manager del grupo: “Pete, los chicos te quieren afuera, prefieren a Ringo”.
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Algo
parecido pensó el propio Ringo cuando el grupo enfrentaba la primera
sesión de grabación en EMI, bajo la tutela de George Martin. El 11 de
septiembre, en la grabación del primer single, Love Me Do, Martin optó por Andy White para la batería; Ringo debió conformarse con hacer sonar la pandereta y maracas.
Pensó que correría la misma suerte que Pete Best, pero no...
“Sencillamente no sabía lo que Ringo sabía hacer y no estaba dispuesto a
correr ningún riesgo”, explicaría Martin.
“Seguramente nadie vaya a creerlo, pero Ringo Starr fue el beatle más influyente”, confesaba Yoko Ono
en abril pasado, en ocasión de la ceremonia de inducción de Ringo en el
Rock & Roll Hall of Fame, merecido tributo “solista” que ya habían
recibido sus compañeros: Lennon en 1994, McCartney en 1999 y Harrison en
el 2004.
Basta pensar en Ringo para verlo haciendo la V de “paz y
amor”, su clásica seña de indentidad a esta altura. Tanto, que hoy, el
músico invita al público que a las 12 del mediodía haga un saludo de paz
y amor y lo difunda vía redes sociales.