Hodor, el gigantesco y afable criado de los Stark en Juego de Tronos
es uno de los personajes más queridos de la serie de TV, y eso a pesar
de qué su única línea de diálogo es la palabra “hodor”. Curiosamente, la
particularidad de este personaje imaginario está basada en una
condición neurológica muy real.
El caso de Hodor es interesante desde el punto de vista de la
medicina. El personaje parece sufrir una disfunción cognitiva, y la
única palabra que emite es “hodor”, aunque lo hace con un considerable
repertorio de emociones. Paradójicamente, Hodor (cuyo nombre auténtico
es, en realidad, Walder) parece capaz de entender bastante bien el
lenguaje hablado. El gigante sigue instrucciones sin dificultad, se
anticipa a las situaciones, y se desenvuelve bien, hasta cierto punto,
en un entorno social. En otras palabras, su problema está localizado
principalmente en los mecanismos del habla, no en la comprensión.
El extraño caso de Hodor tiene su equivalente real en Louis Victor
Leborgne, un paciente que habitó el Hospital Bicêtre de París en el
siglo XIX. La peculiar condición de Leborgne fue estudiada por el
antropólogo y médico francés Pierre Paul Broca. En sus investigaciones,
Broca escribía:
El paciente solo es capaz de producir una única sílaba: Tan, que a
veces repite en una rápida sucesión de dos (Tan-Tan). Independientemente
de lo que se le pregunte, el siempre responde Tan-Tan, acompañando esta
sílaba de diferentes gestos. Por esta razón, todos los pacientes y
personal del centro le conoce simplemente como Tan.
Pese a su condición, Leborgne era capaz de entender el lenguaje.
Cuando este “Hodor” del mundo real falleció, Broca realizó una autopsia
para determinar las lesiones que habían producido esa peculiar
sintomatología. El médico describió un cuadro clínico de daños en la
circunvolución frontal inferior y áreas limítrofes del lado izquierdo
del cerebro. Esta zona es conocida hoy como Área de Broca, y su
patología se denomina precisamente Afasia Motora o Afasia de Broca.
Generalmente, los síntomas de la Afasia de Broca no suelen ser tan
radicales como los de Hodor y Leborgne, y es raro que un trauma pueda
ser tan preciso como para dañar solo ese área del cerebro y no otras.
Los neurólogos apuntan a la malnutrición severa del feto como una de las
posibles causas del daño cerebral, aunque el entrañable gigantón de
Canción de Hielo y Fuego no parece desnutrido precisamente. Sea como
sea, sigue contando con toda nuestra simpatía.