Los dos goles de túnel de Suárez, la “humillación” de la que no para de hablar el mundo del fútbol



El delantero uruguayo Luis Suárez alcanzó una nueva dimensión en su juego con una exhibición que será recordada por mucho tiempo. Y que seguramente al brasileño David Luiz le gustaría olvidar.

Suárez fue autor de dos goles en la clara victoria 3-1 del Barcelona sobre el PSG en París por los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Pero más allá de lo relevante del fondo –una clasificación casi asegurada– fue la forma en la que ejecutó los dos goles lo que dejó huella y tuvo repercusión.

Antes de enviar el balón al fondo de la red, Suárez se abrió el espacio pasando el balón por entre las piernas de David Luiz. Y no fue en una, sino en dos ocasiones.
Secuencia del segundo gol
Suárez encara con el balón dominado a David Luiz y pasa el balón entre sus piernas.
Con el espacio abierto, el delantero uruguayo acelera hacia la portería contraria.
Ante la salida del portero del PSG, Salvatore Sirigu, Suárez patea desde la frontal del área.
El balón entró por toda la escuadra, arriba, a la derecha de la portería.
El “pistolero” Suárez celebra su gol, el tercero del Barcelona en el partido.

La cara del defensor brasileño después del segundo caño o túnel sufrido hablaba por sí sola.

Algo habrá tenido que ver la decepción de la inevitable derrota, pero en sus facciones expresaba más la impotencia y la humillación que había recibido ante millones de personas.

Los caños y túneles de Suárez a Luiz hicieron que el nombre del brasileño se colocara rápidamente como tendencia en Twitter.

Y las redes sociales se poblaron de memes con imágenes en las que aparecía encima de monumentos emblemáticos de París como el Arco del Triunfo y la Torre Eiffel.

El objetivo: dejar en evidencia que entre las piernas del defensor del PSG puede pasar fácilmente un balón.

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El arte de un túnel

Los que no están tan familiarizados con el fútbol se preguntarán por qué hubo tanta repercusión por una jugada en una cancha.
El primer tanto de Suárez también se inició con un túnel a David Luiz, aunque antes de definir tuvo que superar a Maxwell y Marquinhos.

Pero las de Suárez fueron especiales por la combinación del momento en que fueron ejecutadas –unos cuartos de final de una Liga de Campeones– y el resultado conseguido gracias a ellas: el gol.

Además, hacer un caño o túnel en el fútbol es considerado por muchos como la mayor humillación que puede sufrir un jugador en el campo, en el que queda expuesto ante la habilidad de su rival que es capaz de pasarle la pelota entre las piernas sin que pueda hacer nada para evitarlo.

En la historia ha habido grandes perfeccionistas de esta técnica como se aprecia en una encuesta que llevó a cabo el diario deportivo español Marca hace un par de años.

El ganador entonces fue el argentino Juan Román Riquelme, único en tener dos jugadas en la lista.

Y un caño sobre el colombiano Mario Yepes en el año 2000, en el súper clásico del fútbol argentino entre Boca Juniors y River Plate, es recordado anualmente por los aficionados xeneizes hasta el punto que se levantó una estatua en su honor.
El argentino Juan Román Riquelme, ídolo de Boca Juniors, fue un artista sobre la cancha.

La jugada entre Riquelme y Yepes sigue vigente en el tiempo pese a que ocurrió en el centro de la cancha y no tuvo incidencia en el marcador.

Es por eso que lo logrado por Luis Suárez en el estadio Parque de los Príncipes de París tuvo una nueva dimensión. No sólo le hizo dos túneles a un mismo jugador, sino que en ambas ocasiones la jugada terminó en gol.

Fue como llevar el arte de la humillación a su máxima expresión.

Tal vez haya sido por eso que tras terminar el partido Suárez quiso dejar en claro que sus regates no buscaron exponer a David Luiz, sino que fueron “el último recurso que me quedaba”.






 
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