La administración de Barack Obama llamó
a terminar con las llamadas terapias de conversión o terapias
reparativas que buscan que jóvenes gay o transgénero cambien de
orientación sexual.
El presidente estadounidense contestó
así a una petición ciudadana a la Casa Blanca después de que el pasado
diciembre se suicidara la joven transgénero Leelah Alcorn
de 17 años, dejando antes una nota en la que explicaba que sus padres
lo obligaron a acudir a una terapia de conversión para volver a ser
niño.
"Esta noche, en algún lugar de Estados Unidos
un joven, no puede conciliar el sueño porque debe cargar solo con un
secreto que ha guardado desde que tiene memoria. Pronto, quizá decida
que ha llegado el momento de contar ese secreto", expresó el mandatario
en su respuesta oficial publicada en la web de la Casa Blanca.
“Lo
que pase después depende de él, de su familia, de sus amigos, sus
profesores y su comunidad. Pero también depende de nosotros, del tipo de
sociedad que engendremos, del tipo de futuro que construyamos”,
expresó.
En el comunicado la asesora de Obama, Valerie Jarret, aseguró que la administración federal "apoya los esfuerzos para prohibir el uso de terapias de conversión en menores de edad".
"Pruebas
científicas demuestran que la terapia de conversión, especialmente
cuando se practica en personas jóvenes, no es adecuada desde un punto de
vista médico ni ético y puede causar daños sustanciales", señaló
Jarret.
Aunque Obama no presentará una ley federal que
prohíba estas prácticas, iniciará conversaciones con los representantes
de ambos partidos y dará su apoyo a los estados que frenen estas
conversaciones que son realizadas principalmente por grupos
conservadores y religiosos.