Artículos de laiguana.tv
El pasado 29 de diciembre, la ex
defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, presentó una denuncia ante el
Ministerio Público en la que acusaba a la ciudadana Alexa Brandti por
agresión en su contra.
Los hechos ocurrieron en un restaurante
caraqueño, en el que se encontraba Ramírez con sus hijos y demás
familiares en horas de la tarde, luego de haber entregado su gestión.
Allí, Brandti comenzó a proferir una
serie de insultos contra la exfuncionaria. Según informó en Twitter, una
compañera trató de detenerla y Brandti la golpeó en el rostro.
Posteriormente, cuando trataron de irse, la mujer arrojó un vaso de
vidrio contra la humanidad de Ramírez y la haló por el cabello.
Todos estos actos irrespetuosos y
violentos no parecen propios de una mujer como Alexa Brandti, pues en
sus perfiles de redes sociales y en sus publicaciones se pueden observar
mensajes que llaman al “amor” y la “paz”.
Según las presunciones de Ramírez, el
acto violento se trató de un hecho planificado para generar más
violencia, lo que no es una idea traída de los cabellos con el siguiente
argumento:
Si viéramos en el actuar natural de la
agresora mensajes de odio y de rabia contra los que adversan su posición
política que se descargan a través de las redes sociales, como hacen
muchos, podríamos pensar que al encontrarse “casualmente” con la
funcionaria perdió los estribos.
Pero, como hemos mencionado antes, los
mensajes que se observan no son en ningún caso de índole político así
que cabe la interrogante ¿habrá un nivel superior al de Alexa Brandti
que orquesta estos actos en la búsqueda de la desestabilización y
violencia colectiva?
Cabe destacar que la agresora fue
apresada y se encuentra actualmente recluida en la sede del Servicio
Bolivariano de inteligencia Nacional (Sebin), a la orden de la justicia
venezolana.
El fiscal 16a del Área
Metropolitana de Caracas (AMC), José Luis Orta, imputó a Bradti por la
presunta comisión de los delitos de instigación al odio y lesiones leves
en perjuicio de Ramírez.