EL "The Hobbit: The Battle of the Five Armies” o también conocida como el “El Hobbit: La batalla de los 5 ejércitos”, cierra la trilogía que el neozelandés Peter Jackson, "The Lord of the Rings" o “El señor de los Anillos”, con una batalla épica, intensa y muy bien rodada, pero tan larga que el resto de la historia se queda en una mera anécdota.
Según
reseñó EFE, El Hobbit se acaba tras tres largometrajes y casi 8 horas
de imágenes con la más apabullante y estética de las batallas de la
Tierra Media, con un espectacular despliegue de efectos especiales y
un trepidante montaje que se detiene con minuciosidad en las luchas
individuales de los principales protagonistas con sus enemigos.
La mayor parte del metraje se centra en esa gran batalla de los cinco ejércitos -humanos, enanos, elfos, orcos y trasgos- que da título a la película, y menos en las aventuras emocionales de los personajes.
Esa parte más sentimental que estaba muy presente en las dos entregas anteriores del Hobbit se reduce ahora al triángulo amoroso formado por el enano Kili (Aidan Turner), la elfa Tauriel (Evangeline Lilly) y el elfo Legolás (Orlando Bloom), o a las dudas existenciales del rey Thorin (Richard Armitage).
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