Horas después de recibir una denuncia de dos de sus ex trabajadores por
no salvaguardar su información personal del ciberataque, los estudios
Sony se vieron hoy en el centro de una nueva amenaza. Esta vez los
piratas informáticos autodenominados Guardianes de la paz aseguraron que
quienes vayan a ver La entrevista recordarán el miedo que pasaron “el
11 de septiembre de 2001”.
En respuesta a esta amenaza, la cadena Carmike, dueña de 2.623 pantallas por todo Estados Unidos, anunció que no proyectará la cinta, una comedia escrita y dirigida por Seth Rogen con James Franco como protagonista que en tono de comedia narra un supuesto intento de asesinato del líder norcoreano Kim Jong-Un.
Por su parte, un portavoz del cine Landmark’s Sunshine informó de la cancelación de la premier de esta cinta prevista para el jueves en Nueva York. Su estreno al público está previsto para el 25 de diciembre, uno de los días de mayor audiencia en las salas de cine estadounidenses.
La comedia ha sido desde el principio el punto de mira de los hackers, de quienes se sospecha puedan tener lazos con Corea del Norte.
Ahora su chantaje ha ido más allá, amenazando al público y a las salas con un posible ataque terrorista organizado. “Mostraremos claramente en el momento y en los lugares en los que se exhiba la cinta el amargo destino de los que se divierten (con la película)”, afirma la amenaza, escrita en un inglés deficiente y diseminada en la red por los mismos canales utilizados hasta ahora para divulgar los correos privados robados de Sony.
En respuesta a esta amenaza, la cadena Carmike, dueña de 2.623 pantallas por todo Estados Unidos, anunció que no proyectará la cinta, una comedia escrita y dirigida por Seth Rogen con James Franco como protagonista que en tono de comedia narra un supuesto intento de asesinato del líder norcoreano Kim Jong-Un.
Por su parte, un portavoz del cine Landmark’s Sunshine informó de la cancelación de la premier de esta cinta prevista para el jueves en Nueva York. Su estreno al público está previsto para el 25 de diciembre, uno de los días de mayor audiencia en las salas de cine estadounidenses.
La comedia ha sido desde el principio el punto de mira de los hackers, de quienes se sospecha puedan tener lazos con Corea del Norte.
Ahora su chantaje ha ido más allá, amenazando al público y a las salas con un posible ataque terrorista organizado. “Mostraremos claramente en el momento y en los lugares en los que se exhiba la cinta el amargo destino de los que se divierten (con la película)”, afirma la amenaza, escrita en un inglés deficiente y diseminada en la red por los mismos canales utilizados hasta ahora para divulgar los correos privados robados de Sony.
