Laureano Olivares llegó al Festival de Cine Venezolano como actor de cuatro largometrajes en competencia. Su participación en El regreso, Las caras del diablo 2, Solo y Esclavo de Dios,
demuestran que su carrera está enfocada en la pantalla grande. En sus
35 años acumula 20 películas, de las cuales 10 son como protagonista. “No me interesa vivir del cine, pero sí vivir para hacer cine”.
¿Su carrera está enfocada en el cine?
Nunca
imaginé que iba a participar en tantas películas. Más en este país. No
me interesa vivir del cine, pero sí vivir para hacer cine.
¿Es metódico al momento de elegir guiones? Ha participado en proyectos buenos y otros no tanto...
El
problema es económico, del bolsillo. Me ha llevado a aceptar papeles
que no me gustan pero te dan una cifra grande. Esa es la realidad. Yo sé
que he estado en películas malas, pero siempre espero cumplir con la
actuación, que no sea por mí que la película sea mala.
¿Busca papeles distintos al malandro, el policía?
Ya
no quiero ser más el malo de la película. Y la vida me ha escuchado.
Recientemente participé en Tamara, donde soy un tipo que trabaja en un
tribunal. No me importa que no sea el gran personaje, pero el tema es
quitarme las botas Jordan, la camiseta Nike. Román (Chalbaud) me dio una
participación en La planta insolente, donde interpreto a un escritor de
novelas, político, militar. Van confiando en mí para personajes de
peso.
¿Cree que la crisis de la TV ha impulsado el cine?
Estoy
escribiendo un guión de 115 escenas. La falta en la industria de la TV
nos lleva a que inventemos historias, de mantenernos en casting de cine,
teatro, porque necesitamos estar activos. Es gracioso, porque estoy en
cuatro películas pero en mi cuenta me quedan 20 mil bolos.
¿Ha pensado en buscar otras oportunidades?
Sí.
He hecho castings en TV Azteca, Televisa, en la casa de Gael García
Bernal y Diego Luna. Hablo inglés, francés, alemán. No quisiera irme,
pero el país me está corriendo. Huyo por la inseguridad, el desempleo,
no por mi gente. Quisiera quedarme porque aquí hago lo que me gusta,
hago cine.
¿Los actores que están afuera ayudan al gremio?
Son
muy separatistas. El caso de Edgar (Ramírez), un gran amigo, gran
actor. Lo primordial es darle una mano al que está ahí, que habla
idiomas, que está preparado. Como Erich Wildpret, que siempre llama para
oportunidades de trabajo. Para el venezolano es muy difícil. Pero a
todos nos llegará nuestra hora.
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