Lana del Rey exhibió sus nuevos desamores en el Festival Vida

A quienes ven en ella un fraude, Lana del Rey podría replicar que le tienen envidia por ser guapa y rica, pero miss Grant comprobó ayer en el festival Vida, celebrado en España, que es muy buena haciendo lo suyo: cantar su pop frágil, atípico y desbordante de nostalgia.

Este es el tercer verano consecutivo que actúa en ese país, y aunque fue con nuevo disco bajo el brazo (Ultraviolence, su primer número 1 en el listado de la revista Billboard) la cantante se apoyó, sobre todo, en las canciones de su exitoso primer disco Born to die.

En un ambiente de sesentero bucolismo, la neodiva comenzó el show con Cola y Body electric, para luego tocarle el turno a su éxito Blue jeans, con esa forma que tiene la norteamericana de cantar, como si se avergonzara, susurrando, reseñó Efe.

West coast fue el primer tema de su ultimo trabajo en sonar, que confirma que su lírica discurre todavía por la senda de Born to die. Video games -la canción por la que merece un hueco en la historia de la música- y la "trip hopera" National Anthem han cerrado el concierto de una cantante que a veces en sus baladas puede llegar a abusar de los lugares comunes -la soledad, la pálida luna o el gusto de las chicas por los diamantes- pero que sabe sacar partido a la fuente inagotable de la melancolía.


 
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