Han secuestrado a Alfredo Di Stefano en Caracas. Esa fue la noticia que sacudió al mundo del fútbol el 24 de agosto de 1963. El jugador del Real Madrid, nacido en Argentina el 4 de julio de 1926, fue secuestrado en el Hotel Potomac, donde se hospedaba el equipo merengue, que para aquel momento jugaba en la capital de Venezuela la Pequeña Copa del Mundo.
A las 06:30 am del día sábado el conserje del hotel llama a la habitación de La Saeta Rubia
y le indica que en el lobby del Potomac hay varios policías que quieren
hablar con él. El jugador piensa que es una broma y le pide a los
uniformados que suban a su habitación.
Lo que sucede luego es que las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional
han secuestrado a Alfredo Di Stefano, y las Faln se comunican después
de medio día para indicar que el jugador está con ellos y no sufrirá
ningún daño. El grupo subversivo sólo desea publicidad a costa del
delantero del Real Madrid.
El secuestro dura
dos días y el jugador es liberado el 26 de agosto, el mismo día del
cumpleaños de su hijo Alfredo. Durante el tiempo privado de libertad Di
Stefano no la pasa bien, sólo puede comer perros calientes, producto de
los nervios. El ganador de cinco Champions League es soltado en la
avenida Libertador, tras esconderse unos momentos detrás de un árbol
coge un tazi y pide que lo lleven a la embajada de España.