Es una noble y valiente tarea, plantear la coexistencia pacífica entre
todos los venezolanos y superar la polarización que fomenta absurdo odio
político entre los hijos de una misma patria. Fácil es fanatizarse a
conveniencia, adherirse al discurso común, hablar para desunir.
Despolarizar el país resulta todavía más admirable cuando se defiende el
derecho de los adversarios ideológicos, cuando abogamos por su
dignidad, libertad de expresión, la tolerancia y el respeto a la
diversidad. Nosotros lo venimos haciendo comunicacional mente desde hace
años y por iniciativa propia, sin ser asalariados del gobierno ni de la
oposición. Hablamos como profesor universitario y Abogado
Constitucionalista que ejerce por cuenta propia. He estado en VTV y en
Globovisión, en la TV de Cuba y en CNN, en todas partes planteo el cese
del odio, el uso del diálogo y la necesidad de tolerar diferencias para
evitar la guerra civil, eso no desdice mi profunda formación
revolucionaria.
Sin embargo, en otros casos, no parece una defensa de ideales
democráticos sino un acto oportunista cuando se permite, tolera,
facilita o acepta que se aplique censura, discriminación o exclusión
injustificada a cualquier venezolano y más insólito aun si es contra los
camaradas adscritos al mismo proceso de inclusión social, que nosotros
llamamos afectuosamente Revolución Bolivariana pero que Opositores
burlistas como Luis Chataing descalifican de cien maneras que ofenden al
pueblo chavista.
Jesús Silva estuvo entre los fundadores del Correo del Orinoco, el
periódico que desde su inicio es dirigido por la respetable periodista
Vanessa Davies. Silva, como colaborador ad honorem estuvo en la sección
de opinión al frente de la columna sabatina "Óptica Marxista". Desde
allí se planteaba con originalidad ideológica una visión crítica y
científica de la política que nos caracteriza como estudiosos del
marxismo y militantes de izquierda de toda la vida.
Pero en 2010, la directora de opinión en ese medio escrito, Zaida
Rauseo, decidió excluir a Silva del grupo de colaboradores. No sin antes
llamarle por teléfono y reclamarle que había recibido una queja de
parte de Raquel Castro, integrante del grupo de víctimas y familiares de
los presos políticos de la Cuarta República (Abeconsol). Castro,
respetable adulta mayor vinculada a un ex guerrillero manifestó que
había que sacarme del Correo del Orinoco por publicar un artículo donde
Silva decía que trabajaba en la comisión que redactaba la Ley contra el
olvido en la Asamblea Nacional. Dijo Castro que Silva se daba publicidad
y excluía a otros abogados. Pero Castro mintió, porque Silva junto al
guerrillero Paúl del Río (Máximo Canales) si participaba en la
mencionada comisión y fue designado como colaborador por el entonces
presidente de la Asamblea Nacional Fernando Soto Rojas. Silva tenía y
tiene suficientes credenciales políticas y profesionales para opinar
libremente en esa comisión, como hijo de un guerrillero comunista preso y
torturado llamado Jesús Silva Alfonso, al igual que como abogado
constitucionalista y penalista, y ex dirigente nacional de la jcv. Es
decir, no merecía Silva que por dar recomendaciones incómodas sobre
marxismo y Derecho Penal se le aplicara una cobarde retaliación de la
señora Castro quien se usaba de ser vecina de Vanessa Davies.
Resumiendo la anécdota, comentamos que a partir de ese día y hasta hoy,
Silva fue excluido de ese diario revolucionario. Quien suscribe, expuso
por diversas vías este caso a la licenciada Davies, quién llegó a
conocer la situación, pues aunque jamás me concedió la solicitada
audiencia, amistades comunes le hicieron referencia de la injusticia
cometida, entre tales la digna periodista revolucionaría Zelanda
Hernández y Pura Soto Rojas.
Luego del atropello, el excluido se retiró de la comisión legislativa
visto que en ella había influencia de individualidades oportunistas y
sin ética revolucionaria, dispuestas a mentir contra militantes del
socialismo con tal de sacarlos del camino y ellos ascender a anhelados
cargos burocráticos que nosotros no andamos buscando.
Tristemente Davies por acción u omisión, contribuyó a que en el Correo
del Orinoco se violentara la libertad de expresión, permitió que se
aplicará la censura, el veto, la exclusión cómo forma de retaliación
política en un medio de comunicación que es de todos los venezolanos.
Seguramente este caso no acapara la atención de televidentes,
radioescuchas y lectores, no genera dividendos políticos ni fama, pero
se trata de la violación del Derecho Constitucional, y ello tiene el
mismo valor en cada venezolano.
Como chavistas sin palanca de aristocracia políticas o económicas,
decimos que antes y después: De mejores partes nos han botado. Ya ni
tiene de donde sacarnos y eso nos fortalece y legítima. Frente a
traiciones y exclusiones, estamos preparados para ello siga ocurriendo
porque sabemos que en las "alturas de revolución": No están todos
los que son, ni son todos los que están. La derecha endógena existe y
tiene sus encubridores. Esa derecha yo no la niego, yo la asumo y la
enfrento.
Pero no todo es malo, días después, caminando por una calle de La
Candelaria se me apareció sorpresivamente y sin yo buscarlo, al estilo
de un santo negro o José Gregorio Hernández, el entonces jefe de otro
buen periódico revolucionario, quien generosamente y sin discriminación
sí me dio la oportunidad de seguir escribiendo en prensa sobre política
(mi pasión desde la infancia) como lo vengo haciendo en diversos medios
por casi diez años ininterrumpidos. Ese ciudadano justo fue Ernesto
Villegas.
Finalmente, ahora y en esta hora en que Davies, ya como ex presentadora
de VTV parece ingresar a nuestro entorno popular de opinadores
censurados, encerrados, discriminados y excluidos, que impactante y
convincente habría sido que en sus tantos años de horario televisivo
estelar e integrante de la alta dirección nacional del PSUV, Davies
hubiera salido a la palestra pública a defender a chavistas y
antichavistas como tan apostólicamente lo hace con Chataing en estos
días recientes de su resurrección mediática y aparente alianza
comunicacional. Dice Davies que con Maduro los chavistas tenemos dudas, a
Maduro lo puso Chávez y el pueblo, de eso nosotros no tenemos duda, no
conozco las dudas de la respetable señora Vanesa Davies.