La colombiana aseguró que no deja de ser latina por teñirse el cabello de dorado.
Aunque siempre ha exhibido con orgullo su título de diva latina, lo cierto es que en los últimos años la imagen de Shakira
ha ido evolucionando paulatinamente hasta encajar en el prototipo de
estrella del pop internacional, una transformación que preocupa a
algunos de sus fans más tradicionales que aún recuerdan con nostalgia la
salvaje melena oscura que lucía en sus años de juventud.
Sin embargo, la colombiana tiene claro que los cambios
físicos que ha atravesado últimamente no influyen en absoluto en la
profunda conexión que a día de hoy mantiene con su tierra natal y con su
diverso bagaje cultural, en el que confluyen raíces libanesas por parte
de padre, y catalanas e italianas procedentes de su madre. De hecho, Shakira
se siente muy cómoda ofreciendo una imagen menos estereotipada de su
cultura, ya que se siente tremendamente orgullosa de ser una de las
pocas artistas latinas con el pelo rubio.
“Al fin y al cabo el color de mi pelo es simplemente eso,
un color. Me gusta ser rubia porque siento que es un tono que aporta
mucha luminosidad a mis actuaciones en directo, y hace que mi cara
destaque más. Cuando llevaba mi melena más oscura tenía un aire
demasiado gótico. Y además, ¿cuántas latinas rubias hay en este mundo?
Ahí lo tienen”, reflexionó en conversación con la revista Glam Belleza Latina.
El rotundo éxito internacional del que disfruta gracias en
gran parte a la buena acogida de sus temas futboleros -como el
legendario Waka Waka del Mundial de Sudáfrica o el pegadizo tema La La La (Brasil 2014)-, no ha hecho que Shakira
olvide sus inicios en el mundo de la música y el gran apoyo que siempre
le han brindado sus seguidores hispanohablantes, a quienes trata de
hacer un guiño en sus canciones más internacionales incluyendo todo tipo
de expresiones en español.
“Mi relación con mis seguidores latinos es como la de unos
amigos con los que, no importa el tiempo que pase sin habernos visto,
puedo volver a retomar las cosas exactamente donde las dejamos, porque
me conocen de verdad. Cuando estoy con ellos, siento que he vuelto a
casa”, concluyó.