Un déjà
vu. Fue lo que sintió Nelson Bustamante cuando le notificaron que su
programa de concursos Un minuto para ganar no saldría más al aire por
razones económicas. Y peor aún, cuando leyó en la red social Twitter que
a su compañero Luis Chataing le habían censurado su teleshow por
presiones del Gobierno. "Un déjà vu porque está ocurriendo otra vez",
advierte el animador y productor de televisión acerca de la crisis de
los medios de comunicación.
"Para
nadie es secreto lo difícil que es conseguir dólares en Venezuela. Lo
estamos viendo en el área de la salud, en donde no hay medicinas para
tratamientos contra el cáncer y para cualquier otro tipo de enfermedad.
Lo estamos viendo en el área de las aerolíneas, donde unas se están
yendo y otras se han visto en la obligación de implantar tarifas que son
una locura. Lo estamos viendo en todas las áreas, porque la moneda se
disparó", se detiene por unos instantes Bustamante, quien agrega que la
industria de la televisión no ha escapado de la "alarmante" situación.
"En la televisión te das cuenta de la crisis cuando tienes que renovar un micrófono, cambiar una luz, comprar una cámara, o renovar una franquicia internacional como la de Un minuto para ganar, que se paga en dólares, pero no hay cómo hacerlo".
-¿Cómo tomó usted la noticia de la suspensión de su programa?
-Por un lado, me siento agradecido con Televen, porque me permitió regresar a mi país y, mejor aún, entrar otra vez en los hogares de Venezuela. Porque gracias a Televen pasé dos años viviendo cerca de mi tierra, cerca de mi familia. Pude ir a comer pescado frito con mi papá en Puerto la Cruz, pude ir a jugar fútbol con mis amigos en Margarita. Pero por el otro lado está la tristeza de saber que todo ha terminado. Y ahí es donde tiene que actuar la entereza de uno para comprender que los ciclos van y vienen. Por lo pronto no habrá más viajes a Venezuela, tendré que enfocarme en lo que estoy haciendo afuera.
-Esta semana fue censurado el programa que conducía Luis Chataing. Aunque la salida de Un minuto para ganar obedece a otras razones, ambos hechos están relacionados con el contexto político y económico del país.
-Sí, los dos casos están relacionados con lo que está ocurriendo en Venezuela. Pero recuerda que, además, yo vivo fuera de Venezuela no por gusto, sino por una decisión similar a la que se toma hoy con el programa de Chataing. Hace siete años el Gobierno cerró Radio Caracas Televisión porque no estaba de acuerdo con lo que se decía en el canal. Y ahora, como no están de acuerdo con lo que decía Chataing, presionan para que salga del aire.
-Estará experimentando usted un déjà vu...
-Un déjà vu total. Hace unos días fue 27 de mayo -fecha cuando Hugo Chávez Frías decidió entregarle a TVes la señal de RCTV- y ese luto no deja de acompañarnos a quienes tuvimos el privilegio de trabajar en Radio Caracas Televisión. Así que cada vez que llega esa fecha, uno lo siente igual como cuando se conmemora la muerte de un set querido.
-¿Qué cree que nos queda?
-Nos queda recorrer un camino difícil, un camino de retos para recuperar los espacios perdidos, y para reconstruir la Venezuela que queremos.
-¿Reconstruir de qué manera?
-Esa es la pregunta. Porque no tienes siquiera el espacio. Es decir, te puedes quejar, pero por dónde lo vas a decir, por cuál medio de comunicación. Todos sabemos que ya no existe Radio Caracas Televisión, que ya no existe Globovisión, que ya no existe Chataing... Son tantos los espacios que nos han ido cerrando que lo que tenemos es una asfixia comunicacional.
-¿Cuál es la salida? ¿Subir a una balsa?
-No soy bueno para responder eso, porque yo tuve que salir de mi país y de alguna manera me he convertido en un exiliado. Por eso me he dedicado a trabajar en una serie de documentales que me permiten mostrar a los venezolanos la difícil situación que han vivido los cubanos. Sueños de libertad, que narraba lo que sufrieron quienes se montaron en una balsa para marcharse de su país, se ganó un premio Emmy. Y acabamos de hacer Doble exilio, otro documental, pero esta vez acerca de los cubanos que escaparon de una dictadura para arribar a una tierra maravillosa llamada Venezuela, pero al llegar Chávez al poder decidieron meter su vida en dos maletas para no revivir la historia.
-¿Se siente exiliado?
-No, porque yo he estado, digamos, ochenta por ciento de mi tiempo en el país. Y cuando no estoy allá veo la televisión venezolana, leo la prensa venezolana, me conecto con los venezolanos a través de las redes, y trabajo en pro del país. Hace poco hice junto con Eduardo Sapene y Rogelio Jaua, ambos ex trabajadores de Radio Caracas, el programa S.O.S. Venezuela. Un corazón que grita. Así que estoy cerca.
-Pareciera que sólo vislumbra soluciones con un cambio de gobierno...
-Yo, que he tenido la oportunidad de estar cerca de muchos cubanos que dejaron toda su historia atrás para venirse a Miami, porque estaban huyendo de una dictadura que tiene más de 53 años, entiendo que es ahí a donde nos quieren llevar. Por eso la asfixia que están aplicando a los medios de comunicación, por eso la represión que se le aplica a los estudiantes, por eso la fuerza brutal que se impone a todo aquel que disiente. Sí, creo que tenemos que buscar una solución para salir de esta gente que nos quiere llevar a vivir como el pueblo cubano. Mientras que los dirigentes, los de allá y los de aquí, encabezan las listas de los grandes millonarios del mundo. Porque los únicos beneficiados de esto son quienes se dicen revolucionarios y ostentan grandes cargos.
-Hay quien aún cree posible reconstruir en revolución. Al frente de TVes, Winston Vallenilla parece tener buenas intenciones.
-A mí me enseñaron que si yo no tenía nada bueno qué decir de una persona, es mejor no hablar de ella.
-Pero supongamos que lo llama para que conduzca Un minuto para ganaren TVes...
-Si hay algo en lo que creo en esta vida es en la coherencia. Si repasas mi carrera, te darás cuenta de que ahí hay un mensaje de coherencia. Y la coherencia tiene relación con los valores, esos que me inculcaron en mi familia. Yo vengo de una familia de exiliados debido a la dictadura de Pérez Jiménez. Mi abuelo estuvo preso. Mi tía, Isa Dobles, siempre ha sido una luchadora por la democracia. Así que si mañana me llaman, lo primero que tengo que decir es que no se puede nacer sobre las cenizas de algo que asfixiaron, sobre algo que mataron, porque lo de Radio Caracas Televisión fue un asesinato.
-En su película Juan de los muertos, el cineasta cubano Alejandro Brugués muestra a sus compatriotas como "muertos vivientes". ¿Cree que nos convertiremos en una metáfora zombi? ¿Cómo evitar ser mordido?
-Me daría mucha lástima. Yo creo en la motivación, en lo positivo, y en la lucha. El día que cerraron Radio Caracas Televisión le dije al país: "¡No pierdan la esperanza!" . Esa es mi respuesta. Las cosas tienen que cambiar. ¿Cómo? No tengo ni idea, pero van a cambiar.
"En la televisión te das cuenta de la crisis cuando tienes que renovar un micrófono, cambiar una luz, comprar una cámara, o renovar una franquicia internacional como la de Un minuto para ganar, que se paga en dólares, pero no hay cómo hacerlo".
-¿Cómo tomó usted la noticia de la suspensión de su programa?
-Por un lado, me siento agradecido con Televen, porque me permitió regresar a mi país y, mejor aún, entrar otra vez en los hogares de Venezuela. Porque gracias a Televen pasé dos años viviendo cerca de mi tierra, cerca de mi familia. Pude ir a comer pescado frito con mi papá en Puerto la Cruz, pude ir a jugar fútbol con mis amigos en Margarita. Pero por el otro lado está la tristeza de saber que todo ha terminado. Y ahí es donde tiene que actuar la entereza de uno para comprender que los ciclos van y vienen. Por lo pronto no habrá más viajes a Venezuela, tendré que enfocarme en lo que estoy haciendo afuera.
-Esta semana fue censurado el programa que conducía Luis Chataing. Aunque la salida de Un minuto para ganar obedece a otras razones, ambos hechos están relacionados con el contexto político y económico del país.
-Sí, los dos casos están relacionados con lo que está ocurriendo en Venezuela. Pero recuerda que, además, yo vivo fuera de Venezuela no por gusto, sino por una decisión similar a la que se toma hoy con el programa de Chataing. Hace siete años el Gobierno cerró Radio Caracas Televisión porque no estaba de acuerdo con lo que se decía en el canal. Y ahora, como no están de acuerdo con lo que decía Chataing, presionan para que salga del aire.
-Estará experimentando usted un déjà vu...
-Un déjà vu total. Hace unos días fue 27 de mayo -fecha cuando Hugo Chávez Frías decidió entregarle a TVes la señal de RCTV- y ese luto no deja de acompañarnos a quienes tuvimos el privilegio de trabajar en Radio Caracas Televisión. Así que cada vez que llega esa fecha, uno lo siente igual como cuando se conmemora la muerte de un set querido.
-¿Qué cree que nos queda?
-Nos queda recorrer un camino difícil, un camino de retos para recuperar los espacios perdidos, y para reconstruir la Venezuela que queremos.
-¿Reconstruir de qué manera?
-Esa es la pregunta. Porque no tienes siquiera el espacio. Es decir, te puedes quejar, pero por dónde lo vas a decir, por cuál medio de comunicación. Todos sabemos que ya no existe Radio Caracas Televisión, que ya no existe Globovisión, que ya no existe Chataing... Son tantos los espacios que nos han ido cerrando que lo que tenemos es una asfixia comunicacional.
-¿Cuál es la salida? ¿Subir a una balsa?
-No soy bueno para responder eso, porque yo tuve que salir de mi país y de alguna manera me he convertido en un exiliado. Por eso me he dedicado a trabajar en una serie de documentales que me permiten mostrar a los venezolanos la difícil situación que han vivido los cubanos. Sueños de libertad, que narraba lo que sufrieron quienes se montaron en una balsa para marcharse de su país, se ganó un premio Emmy. Y acabamos de hacer Doble exilio, otro documental, pero esta vez acerca de los cubanos que escaparon de una dictadura para arribar a una tierra maravillosa llamada Venezuela, pero al llegar Chávez al poder decidieron meter su vida en dos maletas para no revivir la historia.
-¿Se siente exiliado?
-No, porque yo he estado, digamos, ochenta por ciento de mi tiempo en el país. Y cuando no estoy allá veo la televisión venezolana, leo la prensa venezolana, me conecto con los venezolanos a través de las redes, y trabajo en pro del país. Hace poco hice junto con Eduardo Sapene y Rogelio Jaua, ambos ex trabajadores de Radio Caracas, el programa S.O.S. Venezuela. Un corazón que grita. Así que estoy cerca.
-Pareciera que sólo vislumbra soluciones con un cambio de gobierno...
-Yo, que he tenido la oportunidad de estar cerca de muchos cubanos que dejaron toda su historia atrás para venirse a Miami, porque estaban huyendo de una dictadura que tiene más de 53 años, entiendo que es ahí a donde nos quieren llevar. Por eso la asfixia que están aplicando a los medios de comunicación, por eso la represión que se le aplica a los estudiantes, por eso la fuerza brutal que se impone a todo aquel que disiente. Sí, creo que tenemos que buscar una solución para salir de esta gente que nos quiere llevar a vivir como el pueblo cubano. Mientras que los dirigentes, los de allá y los de aquí, encabezan las listas de los grandes millonarios del mundo. Porque los únicos beneficiados de esto son quienes se dicen revolucionarios y ostentan grandes cargos.
-Hay quien aún cree posible reconstruir en revolución. Al frente de TVes, Winston Vallenilla parece tener buenas intenciones.
-A mí me enseñaron que si yo no tenía nada bueno qué decir de una persona, es mejor no hablar de ella.
-Pero supongamos que lo llama para que conduzca Un minuto para ganaren TVes...
-Si hay algo en lo que creo en esta vida es en la coherencia. Si repasas mi carrera, te darás cuenta de que ahí hay un mensaje de coherencia. Y la coherencia tiene relación con los valores, esos que me inculcaron en mi familia. Yo vengo de una familia de exiliados debido a la dictadura de Pérez Jiménez. Mi abuelo estuvo preso. Mi tía, Isa Dobles, siempre ha sido una luchadora por la democracia. Así que si mañana me llaman, lo primero que tengo que decir es que no se puede nacer sobre las cenizas de algo que asfixiaron, sobre algo que mataron, porque lo de Radio Caracas Televisión fue un asesinato.
-En su película Juan de los muertos, el cineasta cubano Alejandro Brugués muestra a sus compatriotas como "muertos vivientes". ¿Cree que nos convertiremos en una metáfora zombi? ¿Cómo evitar ser mordido?
-Me daría mucha lástima. Yo creo en la motivación, en lo positivo, y en la lucha. El día que cerraron Radio Caracas Televisión le dije al país: "¡No pierdan la esperanza!" . Esa es mi respuesta. Las cosas tienen que cambiar. ¿Cómo? No tengo ni idea, pero van a cambiar.