La actriz ganadora de un premio Emmy por su papel en 'Mike and
Molly' habló con la revista People sobre su dificultad para aceptarse.
Participó en 'Gilmore girls', protagonizó la comedia
'Mike&Molly' y su carrera en el cine acumula varias piezas: actuó
junto a Sandra Bullock en 'The Heat', fue una dama de honor en 'La boda
de mi mejor amiga' y una de sus más recientes es 'Tammy', una
comedia protagonizada por ella, próxima a salir en cartelera, informa IMDb.com.
Pero no todo fue siempre color de rosa en su vida. Melissa confesó a People que
pasó malos ratos en su juventud y que "solía llorar porque no era más
flaca o más bonita, pero también por cosas como 'quisiera que mi cabello
creciera más rápido. Quisiera tener otros zapatos", dijo.
Aunque aclara que ahora se siente confiada y segura de quien es, dice
que algunas veces las críticas golpean fuerte. De hecho, hace semanas
había contado que buscó a seis diseñadores para que le hicieran un vestido para asistir a la gala de los premios Óscar y todos se negaron, hasta que encontró a Daniela Kurrle, quien le hizo el vestido para los Golden Globes y muchos otros.
Dijo a People: "Nunca sentí que debía cambiar. Siempre he pensado,
'si quieres a alguien diferente, escoge a alguien más'. Pero seguro, las
críticas pueden algunas veces llegar a mí. Algunas cosas son tan
maliciosas, que te tocan".
Habló de que es feliz con su esposo Ben Falcone y con sus dos hijas
Vivian, de 7 años, y Georgie, de 4. Quiere asegurarse de que ellas
valoren más el amor y las sonrisas que la apariencia.