A cinco años de su muerte, Michael Jackson sigue siendo el rey

Los devotos de Michael Jackson pueden respirar aliviados. Tras su muerte, hace exactos cinco años, el 25 de junio de 2009, ya apareció un artista que puede superar su legado: él mismo. Al menos en términos comerciales. Según el último informe de la revista Forbes, el artista ha generado muchísimo más dinero como fallecido que cuando estaba vivo.
Y el paralelo no sólo guarda relación con sus últimos años, cuando cayó acorralado por la bancarrota y las acusaciones, sino que también con los días ochenteros, en que cualquiera de sus movimientos facturaba cifras desmesuradas. Incluso, hoy, desde la tumba, se embolsa más ganancias que cualquiera de las estrellas pop que continúa lanzando  álbumes, montando giras e intentando rasguñar algo de su corona vacante: ni muerto han podido destronar al verdadero rey.
Números: entre junio de 2012 y el mismo mes de 2013, el cantante generó US$ 160 millones. La misma publicación estima que, por ejemplo, en 1983, en la cima absoluta de su popularidad con Thriller (1982), “Jacko” sólo declaraba ingresos por US$ 100 millones anuales, los que decayeron a US$ 11 millones en su última década de vida. En el mismo listado, Madonna, la artista viva más millonaria, sólo obtuvo US$ 125 millones y quedó muy por debajo de su principal contraparte en el pop de hace 30 años. Y aún más atrás asoman créditos como Lady Gaga, con US$ 80 millones.
“Es increíble cómo sus ganancias se han multiplicado hasta incluso tapar todas sus últimas deudas. Se ha generado un superávit para todo el bienestar de su familia y eso hasta hace poco era impensado”, reflexionó orgulloso, el año pasado, John Branca, uno de los dos albaceas a cargo de administrar el patrimonio del hombre de Bad -cercano a los US$ 1.500 millones- y que, según su testamento, ha repartido sus dividendos entre obras de caridad y su madre, quien hoy mantiene la custodia de los tres hijos del artista.
Para amasar esas cifras voluminosas, los ejecutivos urdieron un plan ejecutado con precisión en este último lustro: golpear cada cierto tiempo con lanzamientos y proyectos póstumos de alto impacto. Entre ellos se cuentan los dos espectáculos del Cirque du Soleil inspirados en la figura del estadounidense; el documental This is it, que mostró los preparativos de su última gira; el holograma que lo resucitó para la última ceremonia de los premios Billboard, y dos discos post mortem que reciclaron rastrojos de distintas épocas, con Xscape, aparecido en mayo, como su último eslabón. 
Incluso y aprovechando ese perfil que retrata a Jackson como un obsesivo del estudio, las sesiones de grabación y la composición, Branca firmó un acuerdo con el sello Sony Music para editar otros cinco álbumes en los próximos 10 años.
Las ganancias seguirán engordando y por lejos los más expectantes son sus hijos, Prince Michael (17), Paris Michael Katherine (16) y Prince Michael II, más conocido como Blanket (12). No sólo se trata de un asunto emocional: el testamento de su progenitor fijó un sistema escalonado donde, cuando cumplan 35, podrán obtener la mitad de la fortuna, mientras que cuando celebren 40 se podrán quedar con la totalidad.
Por ahora, el dinero entregado por su abuela, Katherine Jackson -quien adquirió una mansión de más de mil metros cuadrados en Los Angeles-, les ha permitido llevar una vida de gastos holgados, con la prensa rosa, la misma que su padre detestaba, al acecho constante. Por ejemplo, New York Post publicó un artículo donde revela que los jóvenes tienen gastos promedio de US$ 30 mil en matrícula de sus respectivos colegios; $ 50 mil en joyería; $ 27 mil en sus chefs personales, y US$ 350 mil en el ítem de vacaciones.
La revista también acota que no todo es frivolidad y que se ha barajado la opción de que parte de ese monto vaya a las obras de reapertura y reconstrucción del rancho Neverland, el mismo que se cerró tras el deceso del estadounidense. En el clan, el menos feliz es el padre del cantante, Joseph “Joe” Jackson, el mismo con fama de violento y autoritario y que se quedó afuera de toda la herencia de su hijo. 
Aunque si de herencias se trata, lo que más han realzado sus seguidores en los últimos días es la trascendencia y vitalidad de su huella artística, incluso presente en su último lanzamiento póstumo (ver columna de opinión). De hecho, en los últimos dos años, desde Barack Obama hasta Kanye West o Justin Bieber (quienes en todas las entrevistas lo señalan como su faro en el escenario) han salido a reforzar la idea de que, más allá de las miserias privadas y los juicios públicos, lo que prevalece aquí es una lección mayor en la historia del pop. Si el rey no logró nunca blanquear del todo su piel, al menos cinco años después no sólo esta reportando más millones que nunca; también, como una voltereta inesperada, logró blanquear su figura.


 
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