Criada
dentro del cristianismo más estricto, Toni Braxton admite que
experimentó un gran sentimiento de culpa cuando su hijo menor, Diezel,
fue diagnosticado con autismo.
Y es que la cantante consideraba que era un castigo de Dios, pues años atrás se había practicado un aborto.
"En mi corazón, sabía que había terminado con una vida, acción por la cual Dios me castigaría un día. Mi reacción inicial (al saber que su hijo era autista) fue de rabia, pero de inmediato se transformó en otra emoción: culpabilidad.
"Era consciente de que había matado... Y creía que la venganza de Dios era que mi hijo tuviera autismo", revela Braxton en el libro de memorias Unbreak my Heart.
De acuerdo con E! Online, la ganadora del Grammy se practicó el aborto en los 90, cuando era treintañera y tenía una relación con Keri Lewis (quien eventualmente se convertiría en su esposo y padre de sus dos hijos).
"De repente, me vi frente a una decisión que jamás creí que tomaría. A pesar de todas mis dudas en torno al aborto, hice esa devastadora elección", señaló la también actriz.
Debido a su educación cristiana, que de niña le implicó memorizar semanalmente 26 pasajes de la Biblia y tener prohibido el uso de pantalones, el arrepentimiento de anidó en su corazón.
Y en 2006, cuando su hijo, de entonces 3 años, fue diagnosticado con autismo, el sentimiento de culpa fue devastador.
Posteriormente, la cantante decidió involucrarse en la lucha contra esa enfermedad a través de la asociación Autism Speaks.
Y es que la cantante consideraba que era un castigo de Dios, pues años atrás se había practicado un aborto.
"En mi corazón, sabía que había terminado con una vida, acción por la cual Dios me castigaría un día. Mi reacción inicial (al saber que su hijo era autista) fue de rabia, pero de inmediato se transformó en otra emoción: culpabilidad.
"Era consciente de que había matado... Y creía que la venganza de Dios era que mi hijo tuviera autismo", revela Braxton en el libro de memorias Unbreak my Heart.
De acuerdo con E! Online, la ganadora del Grammy se practicó el aborto en los 90, cuando era treintañera y tenía una relación con Keri Lewis (quien eventualmente se convertiría en su esposo y padre de sus dos hijos).
"De repente, me vi frente a una decisión que jamás creí que tomaría. A pesar de todas mis dudas en torno al aborto, hice esa devastadora elección", señaló la también actriz.
Debido a su educación cristiana, que de niña le implicó memorizar semanalmente 26 pasajes de la Biblia y tener prohibido el uso de pantalones, el arrepentimiento de anidó en su corazón.
Y en 2006, cuando su hijo, de entonces 3 años, fue diagnosticado con autismo, el sentimiento de culpa fue devastador.
Posteriormente, la cantante decidió involucrarse en la lucha contra esa enfermedad a través de la asociación Autism Speaks.