La muerte de Marilyn Monroe en 04 de agosto 1962 no fue un suicidio.
Bobby Kennedy ordenó su asesinato ya que ésta estaba a punto de revelar
todos los secretos “sucios” de la familia Kennedy que guardaba en un
pequeño diario rojo.
Bobby no actuó solo. Tenía varios cómplices, entre
ellos, el actor Peter Lawford y el psiquiatra de Marilyn, Dr. Ralph
Greenson, el cual fue la persona que le colocó a la estrella una
inyección letal de pentobarbital, la cual le ocasionó la muerte.
Esas son las acusaciones explosivas que se detallan en el nuevo libro de Jay Margolis y Richard Buskin. El libro es sustentado a través de testimonios presenciales y entrevistas.
Según las declaraciones emitidas por las fuentes; el asesinato presuntamente fue presenciado por el asistente de ambulancia James C. Hall ,
quien llegó a la casa de la estrella de cine y vio al Dr. Greenson
inyectar a Marilyn directamente en su corazón con pentobarbital sin
diluir.
Presuntamente, Bobby Kennedy se involucró en una relación sexual desordenada con Marilyn en el verano de 1962,
cuando fue enviado a Los Ángeles por su hermano Jack para convencer a
la diosa de dejar de llamar al Presidente en la Casa Blanca. El
Presidente no iba a divorciarse de Jackie y casarse con ella.
“Casi de inmediato el asunto se puso muy pesado”,
dijo Lawford. Marilyn estaba locamente enamorada de Bobby. Él le había
prometido abandonar a su esposa Ethel y casarse con ella. Un tiempo
después Bobby comenzó a alejarse, por lo que Marilyn decidió actuar,
decidiendo amenazarlo con revelar sus más oscuros secretos en una rueda
de prensa.
Bobby, al saber que la actriz llevaba registrado en un cuaderno sus secretos, se sintió acorralado y le exigió a ésta saber dónde estaba el diario.
Bobby hizo su última visita a casa de Brentwood de Monroe en la tarde del 4 de agosto 1962
para hablar con ella y tratar de persuadirla; lo que comenzó como una
simple charla, terminó en un enfrentamiento físico y verbal entre ambos,
en el cual estuvo involucrada horas más tarde la policía.
El médico “no tuvo otra opción” que sedarla, pero la
inyección de Nembutal no era lo suficientemente fuerte como para
calmarla por mucho tiempo para que Bobby pudiese ubicar la libreta, por
lo que decidió un cóctel de píldoras.
Luego de unas horas, el ladrido incesante de terrier maltés blanco de
Marilyn, Maf, despertó la sospecha de su ama de llaves, Eunice Murray, y
el hijo de Murray , Norman Jefferies, los cuales se acercaron para
averiguar lo que estaba pasando. Descubrieron Monroe tumbada sobre la cama con la cabeza colgando y rápidamente llamaron a una ambulancia ya que sospechaban que se trataba de una sobredosis.
Schaefer Ambulance, asistente James Edwin Hall, fue el primero en llegar cerca de la medianoche y lanzó Monroe en el suelo, procediendo a realizarle un masaje cardíaco.
La características de la escena, desacreditaban cualquier teoría que había sido una sobredosis o intento de suicidio.
Liebowitz estaba a punto de recuperar la camilla de la ambulancia
cuando un hombre apareció en la puerta. Fue Greenson quien declaró
firmemente : “Yo soy su médico. El doctor empujó sobre el abdomen de
Marilyn en el lugar equivocado.
El tiempo se acababa y yo quería salvarla. El doctor
abrió su bolso y sacó una jeringa hipodérmica con una aguja, miró
alrededor, luego llenó la jeringa con un líquido y procedió a clavarle
la aguja en el pecho. “Pero no lo hizo bien, se colgó en el hueso, en
una de sus costillas”, dijo Hall.
Creo que Marilyn fue trasladada (de la casa de invitados a su dormitorio principal) como para adaptarse a su historia de suicidio”, dijo Hall.
El Dr. Thomas Noguchi, realizó la autopsia, declaró que se veía en todo el cuerpo con una lupa y no encontró marcas de agujas.
Sala señaló que Noguchi posiblemente no vio la punción con la aguja
por Greenson que estaba en el pliegue de uno de los pechos de Marilyn.
Su cuerpo presentaba cianosis, coloración azulada o púrpura de la piel,
lo cual es consistente con la inyección de la aguja, dijo.
