La actriz reveló en el
programa 'The Ellen DeGeneres Show' que la escena más repunanate que
tuvo que hacer fue durante el rodaje de A Million Ways to Die in the West
La angelical Amanda Seyfried
ha protagonizado peligrosas secuencias de acción y escenas de alto
contenido erótico durante su versátil trayectoria cinematográfica, pero
su peor experiencia profesional hasta la fecha tuvo lugar durante el
reciente rodaje de 'A Million Ways to Die in the West' -dirigida por el cómico Seth MacFarlane-, cuando casi se atraganta con el bigote de pega de su compañero de reparto Neil Patrick Harris.
"Fue horrible. Tenía que lamer el bigote falso de Neil en un par de
planos y resultó ser una experiencia verdaderamente repugnante. Se
desprendió y acabó en mi boca. Es la escena más complicada que he tenido
que rodar en mi vida. No me gusta tener que meterme cosas en la boca y,
desde luego, no quiero tener el ADN de nadie en ella", explicó la joven
estrella durante su visita al programa de televisión 'The Ellen DeGeneres Show', antes de aclarar rápidamente el doble significado de sus palabras: "A no ser que sea el de ciertas personas muy concretas".
Tras reflexionar sobre los asuntos de su vida más íntima, Amanda tampoco
ha tenido reparo en adentrarse en los entresijos de su relación con el
también actor Justin Long, revelando que la pareja comparte una
existencia aburrida y muy alejada del glamour de las estrellas de
Hollywood.
"Pasamos juntos cada minuto del día. Pero no hacemos cosas demasiado
emocionantes. Por las mañanas salimos a pasear con mi perro, y después
preparamos los famosos batidos 'verdes'. Justin ha conseguido que me
aficione a ellos. Son muy sanos, la verdad. Y cuando acabamos nos
ponemos a ver programas de citas y de telerrealidad", aseguró.Una de las
razones por las que la artista disfruta de una vida cotidiana tan
sencilla tiene que ver con su adorado perro Finn, del que trata de no
separarse nunca aunque ello le obligara a renunciar a unas merecidas
vacaciones en cinco años.
"Obviamente, irme de vacaciones a Florida supuso un gran acontecimiento.
Por lo general, no me gusta tener que separarme de mi mascota y por eso
no suelo viajar", concluyó.