Tras erigirse como una de las defensoras de los valores que promueve
el grupo Pussy Riot -colectivo de punk ruso que desafió las medidas
discriminatorias del gobierno de Vladimir Putin hacia los homosexuales-,
la cantante Madonna ha tenido que soportar un aluvión de críticas e
incluso amenazas de muerte.
"El derecho a ser libres, a decir lo
que pensamos, a tener una opinión, a querer a quien queramos querer y a
ser quien queramos ser. ¿Tenemos o no que luchar por todo esto? Siempre
me he considerado una luchadora y desde los 80 me he dado cuenta de que
mi voz podía servir para mucho más que para cantar canciones
insustanciales. Y la verdad es que he pagado por ello e incluso he
recibido amenazas y críticas de todo tipo por defender lo que algunos
consideran que está fuera de lo común. Pero no me importa, ha valido la
pena", comentó la estrella del pop ante un abarrotado Barclays Center
(Nueva York) con motivo del concierto de Amnistía Internacional
'Bringing Human Rights Home'.
Madonna siempre se ha postulado a
favor de los derechos humanos a lo largo de su carrera profesional y,
más recientemente, se ha posicionado en contra de la discriminación que
está sufriendo hoy en día el colectivo homosexual en Rusia, un hecho que
casi conllevó su arresto cuando ofreció el año pasado un concierto en
territorio ruso por "promover el comportamiento gay".
"No hace
falta decir que en ese momento no se me ocurrió cambiar un solo segundo
de mi espectáculo, y 87 seguidores míos fueron arrestados por
comportamiento homosexual, o como quieran llamarlo. También quiero
agradecer a Pussy Riot hacer de la palabra 'pussy' [vagina, en
castellano] una palabra cotidiana. ¡Mis hijos no paran de repetirla todo
el rato!", añadió la artista en tono jocoso.