Serán los aires de la montaña de Utah o los múltiples ejemplos de estrellas infantiles descarriadas. El caso es que Selena Gómez ha aprovechado su paso por el festival de Sundance para marcar distancias con su pasado en la factoría Disney.
En un encuentro organizado por Variety,
la novia (con ciertas intermitencias) del cantante Justin Bieber se
encargó de dejar muy claro que ha pasado página y que sus tiempos en Los magos de Waverly Place han quedado muy atrás.
«Es fácil hacer la próxima película para adolescentes. No quiero ser parte de eso», sentenció Selena, decidida a que se le identifique con papeles adultos y dramáticos. Como el de Rudderless, la película dirigida por William H. Macy en la que comparte protagonismo con Billy Crudup. El motivo de que haya acudido a Sundance.
En la meca del cine independiente no
es precisamente motivo de orgullo presumir del paso por la maquinaria
del entretenimiento infantil y adolescente. Mucho más oportuno para la
joven actriz es recordar que en su currículum figuran proyectos tan
rompedores como Spring Breakers.
El propio Macy le echó un cable al elogiar su interpretación en Rudderless y comentar lo bien que se había adaptado a un rol dramático. Gómez, además de actuar, canta en el filme. De esa faceta es menos probable que reniegue.