Tras un año de ausencia de American Idol, Jennifer López vuelve a ser juez, sintiéndose una mujer transformada.
"Ese
fue un año tan transformador para mí de tantas maneras", López dijo el
lunes en anticipo del estreno de la décimotercera temporada de Idol este miércoles. "Me acababa de divorciar, me fui de gira con los niños, y dejé a Idol.
Todas las cosas que me daban seguridad habían desaparecido, y estaba
haciendo algo que nunca había hecho antes", dijo la cantante a People.
Pero, a medida que viajaba por doquier en su primera gira mundial, la cantante confiaba en el apoyo de su madre y de su novio, Casper Smart, quien Jennifer dice que es "fantástico" con sus gemelos Emme y Max, de 5 años.
"Estuve
rodeada de amor y de familia", dijo López, de 44 años. "Crecí en
cantidad. Mi meta no era tan solo llegar al otro lado y sobrevivir, pero
además crecer como ser humano y artista; creo que lo logré. Aprendí
mucho".
Algo que López ha aprendido a aceptar es que ella es el tipo de persona que prefiere estar en una relación.
"Soy
una de esas personas que no le gusta estar sola", explicó Jennifer. "No
me da vergüenza admitirlo a estas alturas. Tenemos que aceptarnos tal y
como somos".
Pero cuando de boda en el futuro de López y Smart se
trata, a la cantante no le queda claro hacia dónde se encaminará su
relación.
"No sé. Ya veremos. No sé," dijo Jennifer al preguntarle
si se casaría por cuarta vez. "Sabes, siempre he creído en esa
institución (del matrimonio). Creo en el tema, pero se me hace difícil.
He tenido mis retos, pero a la vez creo en el amor y para mí eso es lo
más importante".