Aunque el acuerdo económico al que llegaron Paulina Rubio y su
exmarido Nicolás Vallejo-Nágera no ha logrado zanjar por completo el
agrio conflicto en el que está sumido el exmatrimonio, la estrella del
pop asegura que los últimos ataques que ha recibido del empresario
español -las exigencias de nuevos pagos y la solicitud de una evaluación
psicológica- no han logrado alterar la buena racha personal y
profesional que vive en los últimos meses.
"Nada puede pararme ni
distraerme de mis objetivos. Siempre he trabajado muy duro para colmar
mis ambiciones y así seguiré hasta el día en que no pueda más. La música
me ha dado la oportunidad de realizarme como artista y como persona, y
eso compensa todas las dificultades que he atravesado en mi vida",
confesó la chica dorada a la revista Siempre Mujer en relación a su
pasado sentimental.
Disfrutando al máximo de su grata experiencia
en el jurado de la edición estadounidense de 'Factor X' y, sobre todo,
de la ilusionante relación sentimental que vive con el joven Gerardo
Bazúa -quien fuera su concursante predilecto en su etapa como coach de
'La Voz México'-, Paulina Rubio reconoce que en estos momentos nada
puede arruinar "la mejor" etapa de su vida.
"Estoy sin duda en el
mejor momento de mi vida, sin ninguna duda. Mi familia y mi trabajo me
dan todo lo que necesito", añadió la popular cantante.
La diva de
la música latina siempre ha evitado referirse directamente a su exmarido
cada vez que este trata de hacerle la vida imposible a través de los
medios de comunicación, aunque en una ocasión Paulina no pudo evitar
lanzarle un duro reproche por tratar de humillarla públicamente.
"Siempre
he tratado de ser leal con su familia, con su gente y con mi música,
así que yo estoy por encima de todo lo demás. Soy capaz de salir
adelante sola, de forma independiente y autosuficiente, gracias al apoyo
de mi familia y al ejemplo de mi madre [la actriz Susana Dosamantes]",
explicaba en una entrevista al diario mexicano Reforma.