La mayor parte del tiempo, Jennifer Lawrence se siente ajena a Hollywood. Ni siquiera haber ganado un Oscar o recibir 10 millones de dólares por película la ayudan, al contrario: la hacen sentirse más insegura como persona.
Ahora debe lidiar con chismes amarillistas, la presión de los críticos y una agenda de trabajo tan apretada, que no le permite ni gastarse sus cheques."Muchos dirán que gano mucho y puedo darme lujos todo el tiempo, pero no he tenido tiempo para hacer algo extravagante en mi vida. No he comprado una casa, todavía tengo mi Volkswagen y no me he comprado un bolso en años."Mi agenda me impide hacer cualquiera otra actividad. Quisiera comprarme una casa para poner todas mis cosas y dejar de usar los departamentos de mis amigos como bodega", reconoce la joven de 23 años.Y es que las prioridades de Lawrence en su tiempo libre son muy distintas a las de cualquier otra estrella. Ella adora pasar tiempo con su familia en Kentucky, salir con sus amigos de infancia y sentarse a platicar con artistas a los que admira, como Christian Bale, Robert De Niro y Lenny Kravitz."Me considero a mí misma como una guerrera muy insegura y le tengo terror a todo", admite sin dejar de jugar de manera nerviosa con una pulsera dorada. "Cada que termino de hacer una película, creo que fue mi peor actuación y que ya no tendré trabajo. Y cada que hago entrevistas pienso que finalmente van a entender que soy insoportable y ya no querrán verme".Y no exagera. Durante las actividades de prensa para promover Hunger Games: Catching Fire (Los Juegos del Hambre: En Llamas), era notorio el movimiento ansioso de sus pies. A menudo bajaba la mirada, cohibida. Otras veces canalizaba su nerviosismo bromeando con Josh Hutcherson, su coprotagonista, o reía ruidosamente."El único lugar donde me siento tranquila, con confianza y donde se esfuman todas mis inseguridades, es en un set de cine. Sólo ahí me siento bien conmigo misma como ser humano", dice.
Ahora debe lidiar con chismes amarillistas, la presión de los críticos y una agenda de trabajo tan apretada, que no le permite ni gastarse sus cheques."Muchos dirán que gano mucho y puedo darme lujos todo el tiempo, pero no he tenido tiempo para hacer algo extravagante en mi vida. No he comprado una casa, todavía tengo mi Volkswagen y no me he comprado un bolso en años."Mi agenda me impide hacer cualquiera otra actividad. Quisiera comprarme una casa para poner todas mis cosas y dejar de usar los departamentos de mis amigos como bodega", reconoce la joven de 23 años.Y es que las prioridades de Lawrence en su tiempo libre son muy distintas a las de cualquier otra estrella. Ella adora pasar tiempo con su familia en Kentucky, salir con sus amigos de infancia y sentarse a platicar con artistas a los que admira, como Christian Bale, Robert De Niro y Lenny Kravitz."Me considero a mí misma como una guerrera muy insegura y le tengo terror a todo", admite sin dejar de jugar de manera nerviosa con una pulsera dorada. "Cada que termino de hacer una película, creo que fue mi peor actuación y que ya no tendré trabajo. Y cada que hago entrevistas pienso que finalmente van a entender que soy insoportable y ya no querrán verme".Y no exagera. Durante las actividades de prensa para promover Hunger Games: Catching Fire (Los Juegos del Hambre: En Llamas), era notorio el movimiento ansioso de sus pies. A menudo bajaba la mirada, cohibida. Otras veces canalizaba su nerviosismo bromeando con Josh Hutcherson, su coprotagonista, o reía ruidosamente."El único lugar donde me siento tranquila, con confianza y donde se esfuman todas mis inseguridades, es en un set de cine. Sólo ahí me siento bien conmigo misma como ser humano", dice.
Toda una heroína en la vida real
Jennifer Lawrence no sólo es heroína de la pantalla grande, pues en la vida real ya le salvó la vida a una persona.
"Una vez le di respiración de boca a boca a una mujer porque se estaba ahogando en el océano. Estaba con unos amigos en la playa y vimos a esta señora pataleando",remenora."Primero pensamos que era una nadadora muy mala y graciosa, pero yo seguí viéndola y escuché que gritó por ayuda", agrega.De inmediato, la actriz corrió a auxiliar a la señora... ¡haciéndose pasar por doctora! La gente empezó a pedir un médico, y les dije que yo era doctora, que no se preocuparan. Así que, como en sus películas, Jennifer salvó el día.
"Una vez le di respiración de boca a boca a una mujer porque se estaba ahogando en el océano. Estaba con unos amigos en la playa y vimos a esta señora pataleando",remenora."Primero pensamos que era una nadadora muy mala y graciosa, pero yo seguí viéndola y escuché que gritó por ayuda", agrega.De inmediato, la actriz corrió a auxiliar a la señora... ¡haciéndose pasar por doctora! La gente empezó a pedir un médico, y les dije que yo era doctora, que no se preocuparan. Así que, como en sus películas, Jennifer salvó el día.
Una persona sincera
"En el curso de los últimos cinco años, he aprendido bastante", afirmó Liam Hemsworth, estrella de Hunger Games: Catching Fire ( Los Juegos Hambre: En Llamas), a USA Today.
Y no se lo debe a la cantnte Miley Cyrus, sino a Jennifer Lawrence.De acuerdo con el hermano de Chris Hemsworth, la rubia fue para él un salvavidas cuando se mudó a Los Ángeles."Durante
unos cuantos años seguí un camino en el que me olvidé de estar en el
momento y disfrutar del momento", dijo Hemsworth. "Pero al estar cerca
de alguien como Jen, quien es tan sincera y se pasa todo el día riendo,
me veo forzado a vivir el presente. Me siento mucho más feliz".