Se le perdio el Oscar a Jennifer Lawrence

Lo que algunas actrices buscan toda su carrera, J. Law lo pierde en menos de un año.
Tan solo han pasado ocho meses desde que la actriz Jennifer Lawrence recibiera su primer Óscar por su destacado papel en Silver Linings Playbook, pero parece haber sido tiempo suficiente para que la joven intérprete cerrara ese capítulo de su carrera y, de paso, olvidara por completo dónde ha guardado la preciada estatuilla.
“No tengo ni idea de dónde la he puesto, creo que la tengo guardada en Kentucky. Espero que esté ahí, porque si no es así, definitivamente creo que la he perdido para siempre”, reveló la intérprete a la revista española Acción Cine.


Una de las razones que explicarían el notable despiste de Jennifer -quien también atesora una nominación a los premios de la Academia por la aclamada Winter’s Bone- tendría que ver con el frenético ritmo de trabajo que le ha supuesto el rodaje de la secuela de Los juegos del hambre, una película que ha absorbido por completo el tiempo de la guapa artista por culpa de exigentes escenas como la que filmó recientemente en un pantano.
“Esos han sido sin duda los peores momentos de mi vida profesional. Estuvimos rodando en un pantano durante varios días seguidos y, como yo soy una auténtica paranoica, me tomé muy mal que Josh Hutcherson estuviera constantemente diciendo que íbamos a acabar con hongos en los pies al tenerlos metidos en el agua durante unas 73 horas en total. Casi me entra una crisis de ansiedad”, confesó Jennifer.

A pesar de las adversidades, la estrella de Hollywood señala que las secuencias de la ciénaga fueron las únicas experiencias negativas que le aportó el rodaje, ya que el resto del tiempo todo el equipo estaba sumido en un ambiente tan distendido, que daba pie a que la actriz sacara su lado más varonil junto a sus compañeros.
“Me lo pasé genial porque, en parte, me divierto con cualquier cosa y, sobre todo, gastando bromas. Si a alguien se le da por expulsar un gas en medio de la jornada laboral, a mí me parece divertidísimo. Es algo que mis hermanos siempre hacían y con lo que los chicos están siempre bromeando. Cuando tienes gases, lo más divertido es soltarlos en la cara de alguien y decirle: ‘¡Prueba un trozo de hamburguesa de queso!’”, reveló sin ningún pudor.
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